Son conclusiones extraídas de la mesa redonda del ciclo Movilidad, Transporte y Descarbonización, organizado por la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife.
Emilio Grande, decano del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Santa Cruz, opina que el cambio de modelo “cojea de una pata claramente, con una planificación en infraestructuras que siempre va por detrás de lo que necesita la sociedad”.
Por su parte, Enrique Rodríguez de Azero, presidente de la Asociación Canaria de Energías Renovables (ACER), añade que la situación es muy mala y hay “muchísimo trabajo por hacer”. Apunta que, hasta agosto, el sistema eléctrico logró tener de media “un 21% de cobertura de demanda con renovables, pero, si este dato lo llevamos a energía final, incorporando transporte, industria, agricultura…, estamos escasamente en un 5%”.
Hay que recordar que la directiva europea requería para 2020 un 20% de energía final con renovables, para 2030 en el entorno del 40% y en 2050 debe conseguirse la descarbonización total de la energía.
Cambio de modelo
La transición energética obliga a cambios en la generación, transporte y consumo.
Para Jesús Matilla, ingeniero industrial especializado en energías renovables y eficiencia energética, una posibilidad “es el autoconsumo, que no depende de cuestiones como el gran almacenamiento”.
Rodríguez de Azero ve el autoconsumo como complemento a otras tecnologías, ya que “la seguridad del suministro es básica, con un sistema de autoconsumo no se lograría el nivel de calidad y servicio requerido”. Desde su punto de vista, es necesario un “mix energético con varias tecnologías”.
La necesidad del gas
Los expertos coinciden en que no es posible satisfacer las necesidades energéticas solo con renovables en el corto plazo. “Solo la geotérmica es gestionable, pero aun está por desarrollar”.
Para Matilla el gas es lo menos malo, pues sería una ayuda para la introducir hidrógeno. “No queda más remedio que utilizarlo como medida transitoria”.
Rodríguez de Azero también defiende el gas porque es más barato y menos contaminante que la quema de combustibles fósiles, como sucede en el Archipiélago.
Tenerife sin proyecto
La falta de un proyecto para el gran almacenamiento en Tenerife, según Rodríguez de Azero, ha generado “que tengamos incidencias y vertidos en lo que es un derroche absoluto”. Según sus cifras, “hemos tirado de enero a agosto de 2021 una media del 2%”.
Dice además que Red Eléctrica de España (REE) está estudiando soluciones para incorporar hidrobombeo en la Isla. Pero argumenta que “si tenemos en cuenta los problemas de tramitación y burocracia, no llegará antes de 15 o 20 años, como pasó con Chira-Soria en Gran Canaria y con la segunda línea eléctrica en Fuerteventura, que lleva 20 años de tramitación”.