Donald Trump, presidente de Estados Unidos que está impulsando aranceles./ ARCHIVO
Donald Trump, presidente de Estados Unidos que está impulsando aranceles./ ARCHIVO

“Nos dan una torta y lo celebramos”: Europa cede ante Trump y Canarias observa con cautela

El gerente del Colegio de Economistas de Tenerife alerta de los riesgos indirectos para Canarias tras el pacto comercial UE–EE. UU., que deja fuera del blindaje sectores sensibles y presiona a la industria europea

Alberto Ley

La Unión Europea aceptó el 27 de julio un arancel del 15 % sobre sus exportaciones a Estados Unidos, tras un pacto entre Ursula von der Leyen y Donald Trump. Este movimiento, que pretende cerrar una pugna comercial abierta desde hace meses, ha sido interpretado por algunos analistas como una “claudicación de Europa” frente a las presiones de Washington. “Es como si Europa celebrara que le dan una sola torta, en lugar de dos. Cada parte lo vende como un éxito, pero el trasfondo es una negociación en la que el más fuerte impone sus reglas”, señala Juan José Hernández, gerente del Colegio de Economistas de Santa Cruz de Tenerife.

El economista compara la situación con una “tectónica de placas” en la que Estados Unidos ha alterado el equilibrio geoestratégico. “Trump ha sacudido todo el sistema, incluso con aliados históricos como Japón o Reino Unido. Ahora vuelve la lógica del bilateralismo del siglo XIX: estás conmigo o contra mí”, advierte.

Sectores sensibles

A nivel nacional, sectores como el agroalimentario y la maquinaria salen provisionalmente beneficiados. Productos como el aceite de oliva, el vino, el jamón ibérico o las conservas podrían “respirar por ahora” al quedar fuera de represalias arancelarias. Sin embargo, Hernández recuerda que la entrada de productos estadounidenses a precios más competitivos puede tensar la competencia en sectores tradicionales europeos. “Llegarán productos como maíz, soja o carne de EE. UU., producidos con estándares distintos a los europeos, y eso ejercerá presión sobre nuestros precios y agricultores”, apunta.

¿Y Canarias?

Para Canarias, el efecto inmediato es menor. La razón es su régimen fiscal y aduanero propio (REF), que la coloca como un “país tercero” respecto a la Unión Europea en materia de aranceles. “Canarias no está integrada en la Unión Aduanera ni en el IVA comunitario, por lo que los aranceles de EE. UU. no se aplican automáticamente a las mercancías que entran en las islas”, explica Hernández. “El archipiélago tiene su propio sistema —con el IGIC y el AIEM—, por lo que solo notaremos los efectos si los productos estadounidenses entran vía Península o Europa”, matiza.

No obstante, si la llegada directa de productos norteamericanos al archipiélago se intensifica, el Gobierno de Canarias podría revisar la fiscalidad para proteger sectores sensibles. “Imagina que empieza a llegar cemento desde EE. UU., entonces habrá que decidir si se protege la producción local con ajustes en el AIEM”, ejemplifica.

Riesgos indirectos y turismo

Aunque el comercio directo sea marginal (las exportaciones a EE. UU. apenas representan el 1 % del total canario), el impacto indirecto preocupa más. “Canarias es una región totalmente dependiente del exterior y muy sensible a las tensiones económicas en Europa”, recuerda Hernández. Una posible desaceleración en países emisores de turistas como Alemania o Reino Unido podría reducir la llegada de visitantes. “Si un trabajador alemán pierde su empleo en Volkswagen por un ERE derivado de estas tensiones, quizá no venga de vacaciones a Canarias. Es así de simple”, advierte.

Competitividad y reconversión industrial

El experto alerta también sobre la presión que este acuerdo ejerce sobre la industria europea. “Las empresas tendrán que ponerse las pilas para ser más competitivas frente a los productos estadounidenses y chinos. Eso supone procesos de reconversión costosos y, en algunos casos, ajustes de empleo”, indica. El sector automovilístico europeo, ya amenazado por el avance tecnológico de China, podría sufrir una doble presión con la entrada de vehículos estadounidenses con menores aranceles.

Compromisos energéticos

La UE se comprometió a comprar grandes volúmenes de gas y petróleo estadounidenses, un movimiento que, para Hernández, podría tener consecuencias en la estrategia energética de Canarias. “Aquí tenemos dos modelos de transición distintos entre provincias, con el gas como pivote en Santa Cruz de Tenerife. Habrá que ver cómo afecta esta nueva dependencia de EE. UU. y si realmente abarata los costes o ralentiza la transición hacia renovables”, apunta.

Estabilidad en entredicho

En opinión del gerente del Colegio de Economistas, este acuerdo evidencia la fragilidad del multilateralismo. “Trump ha dejado claro que su prioridad es una América más fuerte, y Europa debe buscar su espacio entre EE. UU. y China. Para Canarias, el impacto directo será limitado, pero su dependencia externa y su vulnerabilidad al turismo la hacen sensible a cualquier sacudida internacional”, concluye.