Comprar una casa en Canarias puede ser una pesadilla para algunos y un sueño para otros. Uno de los debates que ha marcado al sector inmobiliario en este último tiempo es la compra de viviendas por parte de personas extranjeras. Este aspecto se ve reflejado en el mercado hipotecario en las islas, que está experimentando una evolución marcada por las diferencias socioeconómicas entre residentes locales y extranjeros que eligen el Archipiélago como lugar de residencia.
En un contexto en el que la vivienda sigue siendo un bien codiciado, tanto por la población local como por los foráneos, el acceso a hipotecas, la financiación y los niveles de endeudamiento están trazando caminos diferenciados para cada uno de estos grupos. La población extranjera, sobre todo de Europa, es la que puede permitirse la compra de inmuebles con un precio medio de 228.465 euros, mientras que los bolsillos de los canarios optan por viviendas de alrededor de 157.577 euros, lo que supone una diferencia de un 45% entre ambos precios, según los datos del último informe del mercado hipotecario elaborado por Idealista.
Mayores rentas que los canarios
Para los residentes canarios, adquirir una vivienda supone un reto que enfrenta la realidad de unos ingresos relativamente modestos en comparación con el coste de las propiedades. La renta media por hogar en Canarias asciende a 2.984 euros mensuales. Esta cifra se enfrenta a un mercado con precios medios de adquisición superiores a los 150.00 euros (157.577 euros en concreto).
La diferencia en comparación con la población extranjera que opta por vivir en las Islas se vislumbra con facilidad, ya que la capacidad económica es mayor por parte de este grupo al contar con una renta media de 5.683 euros mensuales por hogar, casi el doble que los residentes locales. Por ello, las personas extranjeras se pueden permitir adentrarse en un mercado inmobiliario con precios más elevados, siendo el precio medio de compra de una vivienda de 228.465 euros.
Pedir una hipoteca
Esta situación conduce a que el residente local recurra a una alta financiación en la mayoría de los casos. Los datos muestran que solicitan hipotecas por un valor medio de 141.872 euros, lo que supone una financiación del 84% del coste de la vivienda y refleja la necesidad de los canarios de acudir al sistema financiero para poder acceder a la compra de una propiedad. Esta ayuda al hipotecar, sitúa el nivel de endeudamiento de los hogares locales en un 24% de su renta. Este porcentaje es relativamente moderado y está en línea con las recomendaciones de los expertos, que sugieren que el gasto en vivienda no debería superar el 30% de los ingresos mensuales.
Por su parte, los residentes extranjeros, a diferencia de los canarios, solicitan hipotecas por un valor medio de 133.490 euros, lo que representa una financiación del 72% del coste total de la propiedad. Este dato refleja una menor dependencia del crédito bancario, que podría explicarse por una mayor capacidad para realizar pagos iniciales más altos, fruto de su superior poder adquisitivo. A pesar de esto, los extranjeros presentan un nivel de endeudamiento superior. El 30% de su renta mensual se destina al pago de la hipoteca.
Posible efecto en el mercado
Es así como se puede ver a partir de los datos recogidos por la plataforma inmobiliaria Idealista las diferencias de comportamiento entre ambos grupos dentro del mercado canario. El acceso a la vivienda queda marcado por los ingresos medio de cada hogar, así como posibles factores como el hecho de que los inmuebles adquiridos por los extranjeros en las Islas puedan tratarse de su segunda residencia o una inversión.
La presencia de compradores extranjeros con mayor poder adquisitivo puede tener un impacto en el mercado inmobiliario local. El aumento de la demanda de vivienda por parte de este grupo contribuye a la subida de los precios, especialmente en zonas costeras y de mayor atractivo turístico, lo que dificulta el acceso para los residentes locales.
El mercado hipotecario en Canarias refleja las tensiones entre el acceso a la vivienda de los residentes locales y la creciente demanda por parte de extranjeros con mayores capacidades económicas. Este escenario plantea desafíos para el futuro del mercado inmobiliario en el Archipiélago, donde se requiere un equilibrio entre la atracción de inversión extranjera y la protección del acceso a la vivienda para los residentes, una tarea pendiente que ya se encuentra sobre la mesa.