La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) de Canarias ha pedido al Gobierno autonómico que convoque la comisión de seguimiento del REA con el objetivo de aumentar las ayudas para cereales y forrajes ya que, ha asegurado, la cabaña ganadera de las islas está "tocada de muerte".
El presidente de UPA en el archipiélago, Jorge Pelayo, ha dirigido con este objetivo una carta al presidente de Canarias en funciones, Ángel Víctor Torres, en la que le pide convocar la comisión de seguimiento del Régimen Específico de Abastecimiento (REA) para llegar a un consenso respecto al incremento en las citadas ayudas.
Ayudas en el aire
Al respecto, señala en la carta que las ayudas para cereales y forrajes son "vitales" en la subsistencia "de la poca cabaña ganadera que nos queda" y que, según UPA, está en peligro de extinción.
Afirma que las organizaciones agrarias han llegado a un acuerdo de bajar el tonelaje de dichas partidas en un 20% para poder subir la ayuda a la importación y de esta manera poder tener mejor precio en la compra de las materias primas de alimentación animal, sin tocar las otras partidas financieras que afectan al consumo humano. Dicho acuerdo se ha presentado y se ha quedado "en la nube al estar la Consejería de Agricultura, Ganadería y Pesca desmembrada y sin poder de actuación", asevera UPA.
Vender sin beneficios
Agrega que quedan dos semanas para solicitar dicha subida en Bruselas y hacerla efectiva en agosto a lo más tardar, y señala también que el presidente canario sabe "perfectamente" cuál es la situación del sector ganadero en Canarias y que los precios de compra de estas materias son "inasumibles para los ganaderos".
Sobre esta cuestión añade que los ganaderos siguen vendiendo a pérdida y tienen que sacrificar animales para poder subsistir "sin tener la capacidad de respuesta del sector industrial para poder obtener beneficios".
"Creemos que es una petición aceptable y responsable al único miembro del Gobierno que puede lograrlo", continúa el presidente regional de UPA, quien confía en que la carta "no caiga en la papelera" porque los ganaderos tienen la obligación de exponer la situación y "defender a nuestra cabaña tan frágil y tocada de muerte".