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Canal de entrada al Puerto de Las Palmas a través del muelle Reina Sofía, que desemboca en los astilleros de Zamakona y de Astican. / AH

La planta eléctrica siembra dudas entre las patronales del Puerto de Las Palmas

Asocelpa considera que la pérdida de atraque generará tensión porque la oferta supera a la demanda en determinados momentos del año. Fedeport recuerda que la actividad del puerto es comercial y Oneport que "barco parado no gana flete"

El proyecto de atracar un barco en el Puerto de Las Palmas que genere energía para Gran Canaria ha generado incertidumbre y preocupación en la comunidad portuaria, especialmente entre las patronales.

La Asociación de Consignatarios y Estibadores de Las Palmas (Asocelpa) ha manifestado sus reservas, centrando el debate en la crítica situación de la línea de atraque, que ya opera con altos niveles de ocupación.

Saturación

​La patronal, que agrupa a un variado número de asociados que precisan de línea de atraque libre de forma constante, alerta de que la instalación supondría una ocupación prolongada de espacio de muelle, añadiendo "muchísima tensión" y afectando directamente a los tiempos de espera por atraque.

​En un puerto que, según la asociación, se encuentra ya "colmatado" por las múltiples concesiones existentes –terminales de contenedores, muelles con prioridad para bunkering por tubería, rampas ro-ro, base de remolcadores y atraques prioritarios– la demanda de espacio ya excede la oferta en varios momentos del año.

​"Siempre se ha mantenido que la línea de atraque debe dar flexibilidad a las múltiples operaciones y tipologías de tráfico que se originan a lo largo del tiempo en los puertos", señalan desde Asocelpa, una filosofía que coincide con la de la Autoridad Portuaria (AP) de crear atraques para el mayor número de escalas posibles para amortizar las obras.

Equilibrio entre energía y operaciones

​El sector subraya la necesidad de buscar un equilibrio en la planificación de las infraestructuras, priorizando que la línea de atraque, como zona clave para las operaciones portuarias, mantenga una ocupación lo más fluida posible.

​La instalación de la planta de energía, especialmente si se realiza mediante un buque flotante, como se ha llegado a plantear, podría restar metros vitales de negocio a un puerto que se caracteriza por ser hub de servicios y transbordo.

​La patronal, que afirma conocer la propuesta solo a través de la prensa, exige un análisis "más profundo y serio" del proyecto para evaluar su impacto real en la operativa diaria y en la competitividad del Puerto de Las Palmas.

Oneport

La organización que preside José Mayor, Oneport, coincide en que la rentabilidad depende de tres cosas: que el barco haga gastos, que se marcha a la mayor brevedad y que deje ese puesto libre para hacer la siguiente operación.

Sin embargo, Mayor considera que este caso de la electricidad es "peculiar", porque es "una necesidad lamentable" que Gran Canaria tenga este déficit de energía, asegura el empresario, que añade: "Habrá que buscarle un hueco al barco porque no podemos arriesgarnos a quedarnos temporalmente sin luz".

Red Eléctrica Española ha comunicado al Gobierno de Canarias que la isla necesita 138 MW adicionales de potencia para hacer frente a cualquier imprevisto. De ahí el proyecto de instalar una central eléctrica flotante en el Puerto de Las Palmas.

Con todo, Mayor recuerda que "un barco parado no gana flete", es decir, que no es rentable tener barcos parados en puerto.

Fedeport

Lo mismo piensa la Federación de Empresas Portuarias de Canarias (Fedeport). Su presidente, Juan Socas, tiene previsto llevar el tema a la próxima asamblea para debatirlo y que los asociados fijen una postura, pero de entrada la propuesta genera "incertidumbre" por un motivo principal: el puerto está concebido para hacer negocio, esto es, para desempeñar una actividad comercial, y la pérdida de 200 metros de línea de atraque choca de lleno con esa finalidad.

La solución del barco, además, no tiene plazos, pues está condicionada a que se desbloquee el concurso energético y se construyan nuevas centrales. La previsión es que la planta flotante esté en el puerto mínimo tres años, con prórrogas anuales si son necesarias.

El fantasma del gas

Socas recuerda que se han perdido seis años con la regasificadora, la cual ha sido finalmente rechazada por los daños a la población, y esto aconseja evaluar también los posibles efectos nocivos de esta nueva instalación, que no funcionaría con gas, sino con combustibles tradicionales.

Asimismo lamenta los dos años de retraso de la energía eólica marina.

La posición que adopte Fedeport puede ser importante porque es la única patronal portuaria con representación directa en el Consejo de Administración de la Autoridad Portuaria, organismo que tendrá que autorizar o no la central eléctrica flotante promovida por el Gobierno de Canarias.