Operaciones Portuarias de Canarias (Opcsa) ha puesto sobre la mesa de la Autoridad Portuaria de Las Palmas (APLP) una batería de acciones para mejorar el rendimiento de su terminal de contenedores.
La empresa, que gestiona el trasbordo internacional de contenedores de Mediterranean Shipping Company (MSC), necesita grúas con mayor capacidad, más estibadores y mejorar los calados de sus dos muelles para atender la demanda de su principal cliente en el Puerto de La Luz.
Contexto
La terminal de Las Palmas, en ese sentido, ha cogido peso en la estructura de la multinacional italo-suiza durante este último año y medio. El conflicto bélico en el Mar Rojo y su entorno hace que el tráfico mundial de contenedores no pase por el Canal de Suez, sino que se desvíe hacia el Cabo de Buena Esperanza para circunvalar África por el sur.
Esta ruta alternativa, que va camino de convertirse en permanente, sitúa a Canarias en el centro del comercio mundial entre el Este y el Oeste, es decir, entre China y Europa, lo cual complementa los tráficos habituales de La Luz, que se nutre principalmente de las rutas Norte-Sur. Un cambio disruptivo que redunda de manera favorable en toda la actividad del puerto.
Las estadísticas de la APLP revelan que hasta julio los puertos de la provincia de Las Palmas han movido un 16,5 % más de mercancías con respecto al mismo periodo del año anterior. El motor de ese aumento es el bunkering y la estiba, sobre todo el trasbordo, con la terminal de Opcsa a la cabeza. En TEU, que son los contenedores de 20 pies, el crecimiento roza el 11 %, con 872.824 unidades frente a las 786.524 del año anterior, es decir, 86.300 contenedores más en estos siete meses.
Plantilla y grúas
El problema es que faltan manos, maquinaria y dragar los fondos para reorganizar la terminal y poder atender más buques, pues Opcsa está al límite de su capacidad y los estibadores doblan turnos para sacar el trabajo adelante.
Se trata de un colectivo acostumbrado a estirar la plantilla para adaptarse a las exigencias de las tres terminales que existen en el puerto: Opcsa, Boluda y Gesport, estas dos últimas más enfocadas en el transporte nacional de contenedores. Dicho de otra forma: prefieren apretarse la faja para despachar los picos de trabajo que contratar para despedir cuando se normaliza la situación.
La contratación de más personal, por tanto, está condicionada a la consolidación de esos tráficos, y esa, al menos, es la apuesta de MSC, que está pendiente de recibir otras dos megagrúas para reorganizar la terminal, entre otra maquinaria, cumpliendo así con los compromisos de inversión pactados con la APLP.
Calado
Más complicado es dragar el fondo del muelle Cristóbal Colón para que los megabuques atraquen con mayor comodidad. La longitud del dique y el calado permiten operar con los barcos de mayor capacidad, que son los de 24.000 TEU, con esloras de 400 metros y mangas de 60 metros.
En el Cristóbal Colón caben dos de estos barcos a la vez, pero no si están cargados del todo, pues el relleno en el extremo sur se hizo a más altura y no existen los 17 metros de profundidad que necesitan estos buques para atracar si van al completo. Las fuentes consultadas explican que eliminar ese exceso de material es complicado porque está adosado al mismo anclaje del dique.
Roca gigante
Más sencillo es mejorar el muelle León y Castillo, que es la otra plataforma en la que trabaja Opcsa. Aquí atracan los buques más pequeños, de unos 5.000 TEU, pero la compañía quiere operar con portacontenedores más grandes, de hasta 14.000 TEU. Antes habrá que dragar el fondo y recolocar las grúas de la terminal.
La reordenación de la terminal se hará previsiblemente a finales de año, cuando lleguen las dos nuevas Malaccamax encargadas, que se colocarán en el Cristóbal Colón, junto a otras dos megagrúas ya operativas, pasando las medianas (Super post panamax) al muelle León y Castillo. El problema en esta línea de atraque es que existe una roca que complica las operaciones, la cual habrá que eliminar con el dragado o mediante la colocación de defensas de grandes dimensiones que separen los buques del dique.
