En el mundo, hay entre 7.800 y 8.500 buques con medidas Panamax, que es un combinado semi estandarizado para naves capaces de transitar el Canal de Panama. Además, hay entre 1.300 y 1.700 en construcción. Esto hace un mercado para la reparación naval de entre 9.100 y 10.200 naves que Canarias, hoy por hoy, no puede atender.
Pero esto está a punto de cambiar. Este martes, los astilleros tinerfeños Tenerife Shipyards han presentado su nuevo dique flotante Hidramar Ultra 22.000, un gigante de 11.000 toneladas de acero capaz de aceptar buques de 220 metros de eslora, 39 de manga y un calado de unos ocho metros, y un peso muerto de 22.000 toneladas. De ahí su nombre.
Nada igual en 1.300 kilómetros
No existe en Canarias, hoy por hoy, ninguna infraestructura igual. La capacidad del Archipiélago está fijada en 175 metros de eslora, 30 de manga y 10.000 toneladas de peso muerto en los astilleros de Astican, en Gran Canaria. De hecho, según explican fuentes de Tenerife Shipyards a Atlántico Hoy, no hay otro astillero de reparaciones navales capaz de aceptar buques Panamax en 1.300 kilómetros a la redonda, pues los diques secos más cercanos con esa capacidad se encuentran en Algeciras (Andalucía) y Setúbal (Portugal).
Esto convierte a Canarias, y en concreto al puerto de Santa Cruz de Tenerife, en un punto estratégico para lanzarse a por un mercado de miles de potenciales clientes. Tal y como afirmaba a Atlántico Hoy hace unas semanas Mario Suárez, director de negocio del Grupo Hidramar (en el que se engloba la empresa), "Canarias es como una autopista por la que un montón de buques pasan para ir a América, para ir al norte de Europa, para bajar a África...Y muchos de ellos no se pueden atender porque exceden de 10.000 toneladas o de 180 metros de eslora. Estamos hablando de un mercado enorme".
Un dique muy competitivo
Pero esto se acabó. El Hidramar Ultra 22.000 ha sido fabricado en Shanghai, en los astilleros de Huarun Dadong Dockyard, y ya está en camino hacia Tenerife, donde se espera que llegue entre el 31 de enero y mediados de febrero, para estar plenamente funcional entre abril y mayo de 2026. Esto será para Tenerife y para Canarias un "hito estratégico", según Tenerife Shipyards.
En la construcción del dique flotante han llegado a trabajar a la vez 600 personas durante 15 meses. La nave ha pasado 2.800 inspecciones técnicas hasta la fecha, pues se ha construido siguiendo todos los estándares de seguridad, calidad y fiabilidad, así como las reglas Lloyd Register y los requisitos para estar abanderado en España.
Es un verdadero monstruo de la reparación naval capaz de elevar 22.000 toneladas en menos de dos horas gracias a sus ocho bombas centrífugas de 3.000 metros cuadrados/hora. Esta velocidad de elevación es clave para dar a los armadores una ventaja competitiva, al reducir sustancialmente el tiempo de varada y, por tanto, el lucro cesante. No hay, en miles de kilómetros a la redonda, nada igual.
El proyecto de astillero en Granadilla
Este hito permitirá a Tenerife Shipyards situar a Canarias a la vanguardia de la reparación naval. Objetivo que no se quedará sólo en el dique flotante, pues la empresa tiene por objetivo construir en los próximos años un astillero en el puerto de Granadilla de 250.000 metros cuadrados con nueve carriles de varada para buques Panamax.
Este proyecto, sin embargo, se ha visto torpedeado por la lentitud en las obras del puerto granadillero, que han provocado que la Autoridad Portuaria de Tenerife haya archivado la solicitud de Tenerife Shipyards para construir el astillero, aunque la empresa confirma a Atlántico Hoy que sigue teniendo por objetivo consturirlo.
Si ese proyecto ve la luz, la capacidad de varada de Canarias se situaría en 11 buques Panamax de forma simultánea. Una cifra determinante para la diversificación de la economía canaria, la retención de talento, la formación y la reindustrialización de las islas.