Cómo conviven Guanarteme y La Isleta con el 'boom' del alquiler vacacional

El distrito Isleta-Puerto-Guanarteme es el que más viviendas vacacionales tiene en Las Palmas de Gran Canaria

Guardar

Playa de Las Canteras. / Archivo
Playa de Las Canteras. / Archivo

Turistas nacionales y extranjeros vienen a Canarias, compran viviendas, y luego te hacen pagar a ti 600 euros por un piso que hace un tiempo costaba mucho menos”, protesta Paula, una joven tatuadora que trabaja en la calle Dos de Mayo de Las Palmas de Gran Canaria y que vive de alquiler. Se queja de que los precios para arrendar una casa se vean disparados a causa de las viviendas vacacionales. La ciudad capitalina ha vivido un incremento significativo en este tipo de alojamientos, especialmente en el distrito Isleta-Puerto-Guanarteme. Atlántico Hoy ha ido a preguntar a los vecinos de esa zona cómo viven esta realidad.

Es temprano y la plaza del Pilar comienza a tener movimiento. Empiezan a abrir los comercios y el trasiego habitual de la ciudad comienza a ser visible. La más madrugadora es Rubí cafetería-pizzería, donde se encuentra desayunando Pepi González, presidenta de la Asociación de Vecinos de Guanarteme y Chile. Ella, que conoce de primera mano el sentir de los residentes de la zona, afirma que los alquileres vacacionales no suponen un problema para el vecindario. “No me han transmitido ninguna queja al respecto”, sentencia.

En la capital grancanaria hay 2.274 viviendas vacacionales que suman 7.748 plazas en total. El distrito número tres de la urbe capitalina congrega el 68% de las viviendas turísticas (1.520) y el 67% de todas las plazas (5.191). Un dato aún más revelador es que casi un tercio de todas las que hay en la ciudad están en la mitad norte de la playa de Las Canteras.

Subida del alquiler

En Guanarteme hay secciones censales que alcanzan hasta el 6,7% de alquileres turísticos sobre el total de viviendas. Un dato que David Batista, un recién llegado a la capital que vive de alquiler, traduce como el culpable de que los caseros hayan subido el precio del alquiler. Un amigo de Batista, que vive en Ibiza, dice que en la isla balear eso ya ocurrió hace tiempo y en Canarias está observando síntomas similares.

Un camarero del local donde toma café Pepi González, en sintonía con lo que cuenta la presidenta de la asociación de vecinos, dice que no ha escuchado malestar a causa de las viviendas vacacionales ni tampoco la ha experimentado. En la sección censal donde trabaja había en agosto 64 viviendas ofertadas con 207 plazas.

La gentrificación

Se podría decir que la vivienda vacacional y la gentrificación tienen cierta relación. Hace que sea más frecuente ver a turistas jóvenes desplazándose de un lugar a otro y, en ocasiones, pueden surgir conflictos por el ruido. Varias personas por el camino coinciden en que, como mucho, ven a chicos surferos que parecen ser turistas casi todos los días, pero que no molestan.

En el número 54 de la calle Simancas se encuentra la Asociación Cultural Pura Vida. Un establecimiento en el que, entre otras cosas, se alojan jóvenes aficionados al surf. Allí recibe a este medio uno de sus trabajadores, quien asegura que procuran tener mucho cuidado para no molestar a los vecinos. “Hace un par de meses hubo algunas quejas porque sonaba una guitarra, pero se solventó y no ha vuelto a ocurrir nada más”, aclara. El negocio está entre la sección censal donde se encuentra la plaza del Pilar y una en la que hace cuatro meses había 32 viviendas vacacionales y 119 plazas.

Justo enfrente de Pura Vida hay un gimnasio en el que trabaja José Manuel Rojas. El recepcionista dice que solo ve cosas positivas porque la gente va allí a entrenar. Rojas añade que los surferos no molestan: “No dan problemas”.

Vecinas descontentas

En la calle Fernando Guanarteme vuelve de la compra Beatriz. La capitalina dice que en la zona el alquiler vacacional lo viven fatal porque “es gente que viene de vacaciones, no respeta y no tira la basura donde debe, entre otras cosas”.

También está molesta Olivia, que viene del supermercado como Beatriz y dice que en su edificio —cercano al Auditorio Alfredo Kraus— nota un gran trasiego de gente que entra y sale del portal. “Antes eran alquileres normales, pero como el vacacional da más dinero lo han hecho así”, cuenta. Explica que, por ley, las viviendas vacacionales deben tener un acceso al edificio que no sea el portal donde viven los propietarios, pero que eso no se cumple donde ella vive.

Vecinos sin inconvenientes

En el trayecto por Fernando Guanarteme se observan varios edificios en construcción. Muchos vecinos coinciden en transmitir la misma información: "Serán futuras viviendas vacacionales". Pero la mayoría está de acuerdo en que este tipo de alquiler no supone un problema para la convivencia. Aunque la tesis de que es el culpable de la subida del alquiler normal sí sale a relucir. Fernando Guanarteme es una vía muy larga, pero en la zona un poco por encima de Pura Vida hay una sección censal donde en verano había 139 viviendas y 446 plazas.

Lexy, trabajadora de una peluquería que vive por los alrededores, la sostiene y dice que se le está haciendo muy difícil mudarse por los altos precios mientras señala dos obras que, según cuenta, serán para vivienda vacacional.

Futuras viviendas vacacionales en Las Palmas de Gran Canaria, según los vecinos. / Atlántico Hoy
Futuras viviendas vacacionales en Las Palmas de Gran Canaria, según los vecinos. / Atlántico Hoy

Maltrato al inmobiliario

En el Parque de Santa Catalina —cuya sección censal registró en verano 78 viviendas y 254 plazas— atiende a este medio Leticia, la propietaria de una vivienda vacacional desde hace unos años. Asegura que no ha tenido problemas de ruidos con las personas que viven por la zona. “Como es un piso de cuatro dormitorios en el que caben hasta diez personas, suelen venir grupos de amigos o familias y tengo un perfil concreto de gente a la que busco”, relata.

En opinión de Leticia, amparándose en sus 30 años de experiencia alquilando viviendas vacacionales y tradicionales, “la subida de precios no responde a la vacacional, sino a un afán de los propietarios de evitar impagos y okupas”.

La propietaria asegura que conoce a quienes han dejado de alquilar sus viviendas a turistas por el maltrato al inmobiliario y por la inseguridad jurídica —según Leticia, por tener que pagar distintos impuestos y la obligación de contratar a un gestor si se pasa de tres propiedades—.

La Isleta

Atlantic Realtors, inmobiliaria ubicada en la calle Bernardo de la Torre, dice que trabajan el alquiler vacacional desde hace dos meses y que, por el momento, no han tenido problemas de ningún tipo. En las calles Portugal y Dos de mayo, donde hay viviendas vacacionales, los vecinos no recuerdan haber tenido ningún inconveniente tampoco con los turistas que se alojan ahí. Loli, sentada en una terraza, es una de ellos. "Es un forma de ganarse la vida para los caseros", dice. Tampoco notan nada en Pulido Panaderías y pastelerías.

En la zona de La Isleta hay secciones censales que tienen entre un 4% y un 6,5% de viviendas vacacionales. El istmo —la zona más próxima a La Puntilla— es la sección censal que más alquiler vacacional oferta, con 218 viviendas y 774 plazas. La segunda que más tiene está justo al lado. 

"El futuro de los alojamientos"

Este medio se ha puesto en contacto con Juan Antonio, presidente de la Asociación de Vecinos Timonel (La Isleta), quien garantiza que nadie ha protestado por el asunto de las viviendas vacacionales. Manuel Álvarez, un transeúnte, considera que es mejor que la gente no se tome mal la presencia de viviendas vacacionales —él ha tenido algunas— porque “son el futuro de los alojamientos”.

Cerca de la calle Dos de mayo está Romén, un empleado de Securitas Direct, que dice que ellos son los primeros en notar el mayor número de alquileres vacacionales al estar en la calle. “Yo creo que la gente se va a adaptando y busca un perfil que no moleste a los vecinos”, afirma.