Todos los expertos coinciden en que la crisis del coronavirus ha acelerado tendencias ya presentes en el sector. Sostenibilidad y digitalización son las tendencias más mencionadas que, de hecho, ya están marcando su evolución, según confirman desde Deloitte y Hosteltur. Una evolución en la que la pandemia también ha generado oportunidades que el sector debe saber aprovechar.La sostenibilidad ya está condicionando el ritmo de recuperación, con un mayor impacto en los viajes corporativos dadas las opciones que ofrece la tecnología para sustituirlos, mientras que el MICE ( (Meetings, Incentives, Conventions and Exhibitions), lo que hace referencia al turismo de negocios, tiene más opciones al ser más sostenible en este sentido aunque su recuperación sea más lenta.Para Gabriel Escarrer, vicepresidente ejecutivo y consejero delegado de Meliá Hotels International, no es fácil para las empresas que no estuvieran ya trabajando en ello aplicar la sostenibilidad en su estrategia porque “tiene que ser parte de su cultura, de su ADN, en su triple vertiente -medioambiental, económica y social-, porque es lo que marca la diferencia”.Escarrer se ha mostrado convencido de que “el cliente posCOVID va a tener muy presente el comportamiento de las empresas hoteleras ante la crisis, primero actuando con flexibilidad hacia nuestros clientes, pero también poniendo nuestros establecimientos a disposición de la Administración, en nuestro caso 18. El cliente se va a mostrar muy sensibilizado con las empresas que han mostrado su compromiso con la sociedad”
Oportunidades que deja tras de sí la pandemia
Y es que no todo va a ser negativo en la peor crisis que ha vivido el planeta desde la Segunda Guerra Mundial, y menos ahora que empieza a verse la luz al final del túnel. Prueba de ello es que la pandemia también ha generado oportunidades para el sector. Los expertos han citado algunas de ellas:- Refuerzo del tejido empresarial
El turismo, según ha subrayado Arturo Gayoso, socio de Deloitte Financial Advisory, “ya ha demostrado ser un sector resiliente, innovador y con una presencia internacional relevante”. Pero tiene una debilidad: su elevada atomización, ya que el 80% son empresarios individuales, con más dificultades para acceder a la financiación y la digitalización.Ahora, ha añadido, “tiene la oportunidad de salir reforzado, hacer crecer el tejido empresarial con un producto más innovador y ventajas competitivas que nos diferencien de nuestros países competidores. Incrementar ese tejido empresarial no implica necesariamente que sea a través de fusiones, sino que se puede lograr en un entorno más colaborativo con otras compañías que proporcionen herramientas con información de los cambios en el mercado a la que de otra manera las pymes no tendrían acceso”.Asimismo, ha propuesto que “los fondos de la Unión Europea se dediquen a la transformación del tejido empresarial, con proyectos compartidos para mejorar la competitividad y la actuación de las pymes”. Porque, como ha advertido Arús, “el tamaño de la empresa no va a determinar quién saldrá mejor de la crisis, ya que hay empresas pequeñas muy competitivas y grandes que no se adaptan”.