El Grupo Anfi vivió esta semana una jornada distinta en sus instalaciones del sur de Gran Canaria. Desde primera hora de la mañana, el ambiente habitual se transformó en una ola de empatía y compañerismo con la celebración de un desayuno solidario en apoyo a la trabajadora Nina Kåhlberg, quien sufrió hace unos meses una parada cardiaca que le dejó graves secuelas.
El objetivo era claro: recaudar fondos para costear parte del tratamiento de rehabilitación que necesita la empleada del departamento de Collections, incorporada a la empresa en 2018 y muy querida por su profesionalidad y carácter afable.
Desayuno con alma
A las ocho en punto, las mesas de la cafetería y varios salones de Anfi se llenaron de bizcochos caseros, brownies, tartas, galletas, empanadas y sándwiches elaborados por los propios compañeros. Cada plato llevaba detrás una historia: recetas familiares, madrugones para hornear y la ilusión de contribuir a una causa común.
El ambiente fue tan cálido como inspirador. Entre el aroma del café y los dulces recién hechos, las risas y la emoción se mezclaban con los brindis por la recuperación de Nina. “Fue una mañana especial, llena de cariño y energía positiva”, recordaba Caroline Petersson, responsable del departamento de Collections.
Solidaridad que une
Durante toda la mañana, decenas de empleados participaron con donaciones voluntarias, degustaciones y mensajes de apoyo. Algunos aportaron postres, otros contribuyeron económicamente y muchos hicieron ambas cosas. La dirección del Grupo Anfi también se sumó con una donación para esta causa solidaria.
El departamento de Recursos Humanos custodió lo recaudado, que servirá para ayudar a cubrir los gastos de fisioterapia de Nina, estimados en unos mil euros mensuales. Desde la empresa destacan que “el resultado no se mide solo en la cantidad recaudada, sino en la empatía y el sentido de comunidad que impregnaron el evento”.
El destino añadió un toque simbólico a la jornada: el desayuno coincidió con el cumpleaños de Nina. Aunque no pudo asistir en persona, sus compañeros le enviaron mensajes, felicitaciones y deseos de pronta recuperación que acompañarán la recaudación.
Más que una empresa
Lo que comenzó como una iniciativa interna se convirtió en un ejemplo de los valores humanos que caracterizan al Grupo Anfi: solidaridad, empatía y compromiso mutuo. “Jornadas como ésta nos recuerdan que somos más que compañeros de trabajo; somos una familia que se apoya en los buenos y en los malos momentos”, subrayan desde la compañía.
El desayuno solidario dejó tras de sí algo más que fondos recaudados: una lección de humanidad y unión que quedará grabada en la memoria de todos los que participaron.
