La carrera por hacerse con los activos hoteleros de Santana Cazorla en Taurito entra en su fase decisiva con un nuevo protagonista: Grupo Martinón. La compañía, con fuerte presencia en el sector turístico canario y caribeño, ha presentado una oferta que, aunque no alcanza los 88,5 millones de euros propuestos por Lopesan, cuenta con un factor clave a su favor: el respaldo de los empleados. Los trabajadores, que buscan preservar el mayor número de puestos posible, ven en Martinón a la empresa más predispuesta a mantener sus condiciones.

La puja, gestionada por CBRE bajo mandato judicial, se enmarca en el proceso concursal iniciado en 2021 contra el conglomerado de Santana Cazorla, propietario de la sociedad Mar Abierto. La liquidación afecta a tres complejos turísticos en Taurito y un centro comercial, cuyo valor de salida supera los 112 millones de euros. Las propiedades pueden venderse en un solo lote o por partes, lo que abre un escenario de competencia intensa entre inversores con intereses turísticos e inmobiliarios.

Acreedores

Entre los acreedores de la compañía se encuentran organismos como el Fondo de Garantía Salarial (Fogasa), la Agencia Tributaria, el Ayuntamiento de Mogán y entidades como Banco Sabadell, Bankia o la Sociedad de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb). Solo la deuda con Lopesan, que busca recuperar 47 millones de euros, convierte al grupo hotelero en el mayor acreedor de la operación, además de uno de los competidores directos en la subasta.

La administración concursal, liderada por Lidet Abogados y Economistas, espera cerrar el proceso a corto plazo, con la liquidación definitiva prevista tras meses de máxima ocupación y actividad en los hoteles. CBRE subraya que la elevada rentabilidad de los activos y la fortaleza del mercado turístico en Canarias —que concentró en 2024 casi un 19% del total de las compras hoteleras en España— hacen que la puja despierte interés de grandes inversores.

Grupo Martinón, con experiencia en operaciones similares, confía en que su apuesta por la estabilidad laboral incline la balanza a su favor en una operación que definirá el futuro del enclave turístico de Taurito. El administrador concursal será quien determine finalmente qué oferta satisface mejor a los acreedores, pero el pulso entre Martinón y Lopesan promete marcar un antes y un después en el mapa hotelero del archipiélago.