Hay un momento de La Gran Belleza, de Paolo Sorrentino, en el que Jep Gambardella, el protagonista de la película, en medio del vacío y la superficialidad, se cruza con una monja conocida como La Santa. Ella, frente a la decadente Dolce Vita romana que sobresale en los primeros minutos del filme, es una figura de profunda espiritualidad y austeridad que se muestra en una escena comiendo raíces. Ese gesto, extraño, descuadra a Gambardella que, de repente, recuerda el amor de su juventud, una experiencia que lo conecta con su pasado y sus orígenes emocionales.
Una de las ideas implícitas de La Gran Belleza es que las raíces, tanto emocionales como culturales, son esenciales para encontrar un sentido de pertenencia y significado, incluso en medio de la decadencia de la modernidad. Aunque no se menciona de forma directa, el filme subraya constantemente la importancia de redescubrir aquello que nos define en lo más profundo: ese primer amor, las tardes interminables de fútbol con los amigos del barrio durante la infancia, un libro que abre la puerta a otros mundos en plena juventud o el abrigo de la familia.
ADN familiar
Esa última raíz, la de la familia, la conoce bien Victoria López Fuentes (Tacoronte; abril de 1970), presidenta del Grupo Fedola, una empresa que lleva en su ADN los valores de su fundador: Fernando López Arvelo, un hombre humilde que con apenas 10 años tuvo que dejar el colegio para sumar su fuerza de trabajo a la economía familiar. Empezó, hace más de 70 años, con la venta de higos chumbos, bubangos y cebollas y hoy su sello está en el Grupo Fedola, un holding de sociedades con 30 marcas diferentes, cinco hoteles y 15 empresas vinculadas a varios sectores.

Victoria López es hija de Fernando López Arvelo y en la humildad de su padre están sus raíces empresariales. Ella, al igual que sus tres hermanos —Ana Belén, Fernando y Mónica, todos miembros del consejo de administración de la compañía—, comenzó su trayectoria en el Grupo Fedola desde las bases, limpiando en los almacenes de la firma y aprendiendo de primera mano los fundamentos del negocio familiar.
Transición
Este enfoque humilde y práctico marcó el inicio de un camino que hoy la lleva a liderar una de las empresas familiares más relevantes de Canarias. Hace cinco años, Victoria López asumió la presidencia del grupo, heredando mucho más que una posición directiva. También aceptó el reto de preservar la esencia y los valores de una compañía que representa la fuerza del emprendimiento local, la sostenibilidad y el compromiso con la comunidad. Bajo su liderazgo, el grupo busca mantener su carácter familiar mientras se adapta a los desafíos de un sector turístico en constante transformación.
El Grupo Fedola, conocido por su cadena GF Hoteles, es una empresa que emplea a más de 1.300 personas y está profundamente arraigada en el tejido económico de Canarias. Victoria López, junto con sus hermanos, asumió la gestión directa del grupo tras la jubilación de su padre. Sin embargo, esta transición estuvo lejos de ser una dinámica de privilegios. Los cuatro escapan, de lejos, de cualquier etiqueta ligada a la imagen de niños de papá. Cada miembro de la familia comenzó desde abajo, ocupando roles modestos mientras adquirían formación académica y profesional.
Cualificación
El grupo opera bajo estrictas normas internas que evitan conflictos familiares y garantizan la profesionalidad. Ninguno de los miembros de la familia asume puestos directivos si no está cualificados para ellos, y ninguno se considera dueño de la empresa; todos son empleados de la misma compañía. Este modelo ha permitido que el grupo mantenga su estabilidad y enfoque en la reinversión constante, clave para su crecimiento sostenido.

Uno de los hitos más destacados de su gestión es el GF Victoria, un hotel de cinco estrellas gran lujo que refleja la visión de la familia: combinar sostenibilidad con experiencias únicas. Este proyecto, concebido desde 2004 y materializado tras numerosos desafíos burocráticos y económicos, es un referente en el sector.
El hotel está diseñado con tecnología innovadora que minimiza las emisiones de CO2 y promueve el uso de energías renovables, así como con una política de plástico cero. Además, está pensado para satisfacer las necesidades tanto de familias como de adultos, ofreciendo espacios exclusivos como el Zambra Sky Bar y el galardonado Bio-Spa Victoria, considerado el mejor del mundo por su enfoque en productos naturales y sostenibilidad.
Compromiso social
Victoria López también se enfrenta a los retos actuales del sector turístico, desde la incertidumbre económica hasta las complejidades del mercado laboral. En su rol como vicepresidenta de la patronal hotelera Ashotel, defiende firmemente la sostenibilidad y la innovación en el sector. Rechaza la tasa turística o el radicalismo en temas como la vergüenza a volar por la huella de carbono que deja nuestro rastro como turistas, argumentando que la solución no está en reducir los vuelos, sino en compensar el impacto medioambiental con medidas como el uso de energías renovables y la mejora de las infraestructuras.

Además, aboga por soluciones prácticas para problemas locales como la congestión vial en el sur de Tenerife. Entre sus propuestas está la reducción de coches mediante el transporte público y acuerdos con empresas de movilidad. También promueve el desarrollo de plantas fotovoltaicas destinadas al sector turístico, una medida que podría reducir significativamente la huella de carbono de los hoteles.
Legado de valores
Bajo el liderazgo de Victoria López, el Grupo Fedola no solo busca crecer económicamente, sino también fortalecer su compromiso con la comunidad y el medio ambiente: no se pondrá en riesgo ni un puesto de trabajo por crecer desmesuradamente. Este enfoque equilibrado, que combina prudencia financiera con una visión innovadora, es el sello distintivo de una presidencia que honra el legado familiar mientras mira hacia el futuro.
Victoria López, madre de dos hijos, vecina de Tacoronte —donde empezó su andadura empresarial con la apertura de una zapatería—, es titulada en Ciencias Empresariales y máster en Gestión de Empresas Turísticas por la ULL y se siente libre cuando se monta en su moto acuática para disfrutar del mar. Su figura representa una nueva generación de líderes empresariales que entienden que el éxito no se mide solo en cifras, sino en el impacto positivo que una empresa puede tener en su entorno, en sus raíces.
En su caso, ese entorno, esas raíces, son sus compañeros —los empleados de su empresa— y la tercera generación de la familia López. Porque como dejó escrito Antoine Saint-Exupéry, autor de El Principito, "no heredamos la tierra de nuestros antepasados. La legamos a nuestros hijos".