Al pensar en las mejores calles para comer en Canarias, muchos imaginan lugares clásicos como el centro de Santa Cruz, La Laguna, Vegueta o el paseo de Las Canteras. Pero una calle en Las Palmas de Gran Canaria ha dado un giro de 180 grados y se ha convertido en una referencia gastronómica inesperada —aunque su nombre es bastante canario—.
Se trata de Fernando Guanarteme, una vía que ha pasado de ser un simple eje urbano a un auténtico epicentro culinario. ¿La prueba? Dos de sus restaurantes han sido reconocidos por la prestigiosa Guía Repsol.
Nákar
Ubicada en pleno corazón de la ciudad y paralela a la popular playa de Las Canteras, Fernando Guanarteme ha vivido una transformación silenciosa pero contundente. Allí, entre comercios tradicionales y nuevas propuestas urbanas, han florecido restaurantes que están redefiniendo la experiencia gastronómica en Gran Canaria.
El primero en destacar es Nákar, una propuesta que fusiona la cocina de autor con influencias Vasco-Navarras y productos locales. Su chef, Xabier Blanco, ha llevado este restaurante a lo más alto con una cocina que sorprende y emociona. No en vano, Nákar ha sido reconocido por la Guía Repsol, un hito que lo sitúa entre los mejores del archipiélago.
De Contrabando
A escasos metros se encuentra De Contrabando, un restaurante que también ha captado la atención de los expertos gastronómicos. Su propuesta es atrevida, fresca y sin ataduras. Aquí no hay etiquetas ni fronteras culinarias: la creatividad es la única norma.
El equipo de De Contrabando ofrece una propuesta de cocina que tiene influencias de varios rincones del mundo, sobre todo de Sudamérica y del sudeste asiático. Gracias a los productos locales, combinan diferentes técnicas de cocina que potencian el sabor en sus atrevidos platos.
Fernando Guanarteme
Aunque Nákar y De Contrabando son los protagonistas de este artículo, lo cierto es que la calle Fernando Guanarteme acoge cada vez más propuestas gastronómicas que merecen la pena. Bares de tapas, cafeterías con encanto, cocina internacional y locales con identidad propia hacen de esta calle un lugar ideal para los amantes de la buena mesa.