En Gran Canaria todavía quedan rincones que sorprenden incluso a los propios residentes. Lugares que parecen escondidos a simple vista, pero que, con un poco de curiosidad, se convierten en escenarios perfectos para desconectar o compartir un momento especial. Uno de ellos está junto a una de las esculturas más emblemáticas de Las Palmas de Gran Canaria, en la entrada norte de la ciudad.
Un mirador sencillo, íntimo y con vistas al Atlántico que ha comenzado a ganar notoriedad gracias a las redes sociales, donde varios usuarios lo han señalado como un rincón secreto que merece la pena descubrir.
El mirador del Atlante
Este punto oculto se encuentra justo detrás de la escultura de El Atlante, obra de Tony Gallardo, situada en la zona del Rincón, junto a los acantilados en la entrada norte de Las Palmas de Gran Canaria. La pieza, declarada Bien de Interés Cultural (BIC) en 2020 por el Gobierno de Canarias, representa a una figura femenina antropomórfica con los brazos en alto como ofrenda al océano.
Construida con fragmentos de lava de los volcanes de La Isleta, la escultura no solo es un emblema cultural de la ciudad, sino también la puerta de acceso a este pequeño mirador que muchos desconocen. El lugar se integra en el Sendero Azul, que conecta la zona del Auditorio Alfredo Kraus con El Rincón, utilizado tanto por deportistas como por quienes buscan un paseo tranquilo frente al mar.
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Un rincón romántico
El atractivo de este mirador no radica en grandes estructuras, sino en su carácter íntimo. Con un banco sencillo frente al mar, se ha convertido en un punto perfecto para compartir un atardecer en pareja o disfrutar de un rato de calma. El tiktoker canario @elrincondenago lo definió así: "Vamos por aquí y es felicidad. Bajas las escaleras y aquí con una pizzita te puede saber mágicamente. A veces hay gente y a veces no. Felicidad".
La combinación de la escultura, el paisaje volcánico y la inmensidad del océano convierten a este espacio en uno de los lugares más románticos de Gran Canaria, donde la sencillez del entorno es su mayor atractivo.
El Atlante como símbolo
La escultura de Tony Gallardo fue concebida para integrarse en el paisaje erosionado que la rodea. Su mensaje busca glorificar el océano y recordar la importancia de los barrancos y valles que desembocan en el Atlántico. Hoy, además de su valor cultural, se ha transformado en la antesala de un espacio secreto que combina naturaleza, arte y tranquilidad.
La declaración como Bien de Interés Cultural ha asegurado su protección y ha delimitado su entorno, lo que garantiza la conservación tanto de la obra como de este rincón único que cada vez atrae a más visitantes.
Un secreto a voces
Aunque hasta hace poco era un lugar conocido solo por quienes recorrían el sendero o vivían en la zona, las redes sociales han dado a este mirador secreto una nueva popularidad. Lo que antes era un punto discreto hoy es un plan alternativo para quienes buscan un lugar romántico en Las Palmas de Gran Canaria.
No se trata de un mirador turístico convencional, sino de un espacio íntimo, perfecto para sentarse frente al mar y disfrutar de lo esencial: el sonido de las olas, la brisa atlántica y la sensación de estar en un rincón exclusivo de la isla.