Capitanía Marítima de Las Palmas da por perdidos al pesquero que naufragó este mes frente a la costa de Telde y al coche que fue arrastrado por las lluvias torrenciales hasta hundirse en la playa de Salinetas.

La DANA que sacudió Gran Canaria a principios de marzo no causó muertos ni heridos, pero sí dejó imágenes simbólicas de lo que podría haber pasado.

Entre esas situaciones impactantes destaca la vivida por Agustín, un vecino de la playa teldense cuyo vehículo, en cuestión de minutos, fue arrastrado hasta el mar por la crecida del barranco.

Complicado

El Capitán Marítimo de Las Palmas, Ignacio Gallego, durante la presentación de un curso para gestionar emergencias por contaminación marina, confirma que el coche sigue desaparecido, con pocas posibilidades de ser encontrado debido a las condiciones del mar.

El color oscuro del vehículo, además, complica las labores de localización. "Todo el mundo busca el coche pero no lo hemos encontrado", revela Gallego.

Submarinistas

En el operativo de búsqueda han participado medios aéreos y marítimos, pero existen aún problemas para su localización por las malas condiciones del mar. 

La turbidez del agua, el color del automóvil y las corrientes complican su localización, sobre todo esto último, porque puede haber sido arrastrado a zonas más profundas que hacen inviable su recuperación

En los próximos días está previsto que se sumerjan en Salinetas buzos de la Guardia Civil, adelanta Capitanía Marítima. A eso hay que sumarle las labores municipales y de particulares efectuadas desde tierra.

Naufragio

Tampoco hay rastro del 'Montes y Sabino', el pesquero con base en el Puerto de Las Palmas que se hundió el pasado 12 de marzo, tras incendiarse a poco más de seis kilómetros de la costa de Telde.

Gallego no cree posible que se pueda localizar el barco porque es de madera y lo más probable es que "colapsara", quedando solo en pie sus motores. 

Corrientes

El barco se hundió a unos 600 metros de profundidad, pero las corrientes parece que lo han arrastrado hasta los 1.000 metros. Hasta el momento no se han visto restos o vestigios de la embarcación.

Tampoco del gasoil marino que llevaba a abordo. El combustible fue dispersado por Salvamento Marítimo, que, con la ayuda de las corrientes y la evaporación, evitó que la mancha llegase a la costa.