Los pasajeros del vuelo de regreso a Gran Canaria desde Valencia la noche del lunes, en plena espera dentro de la aeronave, que despegó seis horas más tarde por culpa del apagón energético en la Península. / AH
Los pasajeros del vuelo de regreso a Gran Canaria desde Valencia la noche del lunes, en plena espera dentro de la aeronave, que despegó seis horas más tarde por culpa del apagón energético en la Península. / AH

Odisea para volver de Valencia en pleno apagón: agua, ambrosías y 4 horas encerrados en el avión

Una pasajera explica cómo fue el regreso a Gran Canaria durante la caída del sistema eléctrico nacional. El vuelo llegó con seis horas de retraso debido al cierre del espacio aéreo de Andalucía. Hubo que elaborar un plan alternativo a través de Marruecos

Los aeropuertos isleños sí tuvieron incidencias graves derivadas del cero energético que sufrió la Península Ibérica este lunes.

El Gobierno de Canarias, tras activar la alerta por las complicaciones en algunos servicios básicos, informó que los aeropuertos funcionaban con normalidad, pero van saliendo a la luz retrasos y complicaciones importantes, tanto para los turistas como los residentes en las Islas.

Entre esas incidencias destacan los 88 alumnos de un colegio de Telde que se han quedado tirados en Barcelona, tras cancelar Vueling el regreso a Gran Canaria la noche del lunes, o los mil turistas bloqueados en Fuerteventura ante la imposibilidad de volver a sus países.

Testimonio

Otros afectados, como Marta Álvarez, sí lograron aterrizar en el aeropuerto grancanario la madrugada de este martes, gracias, en parte, al compromiso de Binter por cumplir con su hoja de ruta.

El retraso del avión, eso sí, fue considerable, de unas seis horas sobre la hora prevista de llegada a Gando, con varios embarques fallidos e improvisaciones a pie de pista en el aeropuerto valenciano.

Ruta alternativa

El motivo del caos fue el cierre del espacio aéreo de Andalucía motivado por la caída de la electricidad, lo que obligó a realizar planes de vuelos alternativos para reorganizar las rutas.

Imagen difundida por los Controladores Aéreos en sus redes sociales, con el desvío de vuelos por el cierre del centro de control de comunicaciones y de radar Enaire, en Sevilla. / AH
Imagen difundida por los Controladores Aéreos en sus redes sociales, con el desvío de vuelos por el cierre del centro de control de comunicaciones y de radar Enaire, en Sevilla. / AH

La saturación de las conexiones en Valencia y la imposibilidad de comunicarse con la torre de control del aeropuerto de Gran Canaria llevaron al límite a los pasajeros de Binter.El avión, afortunadamente, no iba lleno. Eso, combinado con la "amabilidad y la atención" de la compañía, evitó que se disparase la tensión a bordo. 

Aquí va una cronología elaborada por la joven sobre la pesadilla sufrida para volver a casa.

Salida

"Nuestro vuelo salía a las 19:05 hora peninsular. Llegamos al aeropuerto sobre las 17:30. Facturamos y nos dijeron que estábamos en hora. Pasamos el control a las 18:30, nos embarcaron y nos llevaron a pie de avión.

Contratiempo

"Estuvimos 15-20 minutos en la guagua con mucho calor. Vimos al personal de tierra hablando y el avión con las puertas abiertas. Nos dijeron por megafonía que volveríamos a la terminal por congestión aérea y que el vuelo saldría a las nueve, con un retraso de dos horas".

"De vuelta tuvimos que esperar otros 10 minutos en la guagua para bajar. Nos dieron vouchers de 5 euros para un refrigerio".

Nuevo embarque

"A las 20:30 horas volvimos a embarcar. Como la megafonía en Valencia no funcionaba bien, hubo gente rezagada a la que tuvimos que esperar".

"A las 21.00 horas el avión cerró puertas, pero el comandante dijo que no podíamos salir por una restricción del aeropuerto de Valencia de 50 minutos por congestión.

Sevilla y Portugal, cerrados

"A las 22.00 horas, el comandante informó que el espacio aéreo de Sevilla estaba cerrado y el de Portugal también. Intentaban elaborar un plan de vuelo por Marruecos, pero no podían contactar con la torre de control de Gran Canaria ni con la compañía".

"Al rato nos volvieron a comunicar que seguían sin contactar con la torre ni con la compañía, pero que el plan de vuelo estaba actualizado y pendiente de aprobación".

Luz verde

"A las 00.00 horas nos dijeron que el plan estaba aprobado, pero que debíamos esperar 45 minutos más por congestión aérea, esta vez en Gran Canaria".

"Salimos a la una menos cuarto y llegamos a Gran Canaria a las tres de la mañana. El vuelo debería de haber aterrizado a las 9:15 hora local, pero llegó el día siguiente".

Ambrosía

"Durante todo ese tiempo nos dieron el cupón de 5 euros y una chocolatina. Dentro del avión, desde las nueve hasta la una de la madrugada, solo nos dieron agua y la chocolatina, porque si nos daban las cajas del aperitivo nos quedábamos sin cenar durante el vuelo."

Esa milagrosa chocolatina, a la que alude Marta Álvarez en su relato, es la clásica ambrosía Tirma con la que Binter premia la fidelidad de sus pasajeros.