Entre montañas, patrimonio y sabores del sur de la isla, Gran Canaria se convierte en uno de los mejores lugares para disfrutar de un brunch al aire libre. En el entorno rural de Mogán ha abierto recientemente una cafetería que se posiciona como uno de los brunch más especiales de Canarias.
Ubicada junto al histórico Molino Quemado de Mogán, esta experiencia gastronómica se ofrece solo con reserva previa y propone un menú basado en productos locales, vistas espectaculares y un ambiente íntimo.
@taniapyetku 🥑 El Molino Quemado 📍 Molino de Viento, Mogán – Gran Canaria El brunch incluye: 🥭 Zumo natural de mango ☕️ Café o té 🍅 Productos salados: aguacate de Mogán, tomate de La Aldea, jamón serrano, surtido de quesos de la isla, chorizo de Teror, empanadillas de millo, pan de masa madre y picos 🍰 Productos dulces: fruta de temporada, mermelada y bollería casera como alfajores, galletas de gofio, buñuelos y queque de naranja 💰 20 € por persona (mínimo 2 personas) Extras: 📞 Imprescindible reservar: 617 70 49 66 🌱 Opción vegetariana 🌾 Opción sin gluten 🅿️ Aparcamiento justo delante 🛖 Visita al molino: 2 €
♬ Au Revoir - Sweet After Tears
Ingredientes de kilómetro cero
El brunch incluye jugo natural de mango, quesos de Gran Canaria, chorizo de Teror, pan de Tasarte, aguacate local, mermelada casera, jamón serrano, tomate, fruta de temporada, bollería tradicional y leche con gofio, además de café e infusiones. Todo por 20 euros por persona, con un mínimo de dos comensales.
Asimismo, si no deseas reservar, puedes acercarte a la cafetería y disfrutar a la carta de su desayuno moganero o de cualquiera de sus dulces caseros. Un plan perfecto para quienes prefieren la improvisación sin renunciar a la calidad.
Un molino con historia
El brunch se sirve con vistas al Molino Quemado, una estructura del siglo XIX que forma parte del patrimonio etnográfico insular. Declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en 2008, destaca por ser el molino más alto de Gran Canaria.
Su historia está marcada por un incendio que destruyó su maquinaria original hace más de un siglo, motivo por el que recibió su peculiar nombre. Tras una rehabilitación en 1999 y otra más reciente, hoy se convierte en el escenario perfecto para un brunch con esencia canaria.