Imagen del parador de El Hierro / BOOKING
Imagen del parador de El Hierro / BOOKING

Entre el mar y la montaña: así es el parador más bonito de España (y está en Canarias)

Desde sus habitaciones se contemplan panorámicas que quitan el aliento: el contraste entre los tonos oscuros de la arena volcánica y el azul intenso del Atlántico

Irene Cartaya

El Hierro es uno de los territorios más sorprendentes en cuanto a naturaleza, paisajes y tranquilidad. Su litoral abrupto, las montañas volcánicas que dominan el horizonte y la calma de sus pequeños pueblos la convierten en un santuario para quienes buscan desconectar del ruido del mundo. Entre playas salvajes, charcos de lava y bosques de leyenda, cada rincón invita al descanso y al asombro, siempre bajo el azul profundo del Atlántico.

En este marco incomparable se levanta el que muchos consideran el parador más bonito de España: el Parador de El Hierro. Integrado en plena naturaleza, ofrece a sus huéspedes una experiencia única: dormir literalmente entre mar y montaña, en un entorno íntimo que respira serenidad.

Un hotel frente al océano

El Parador del Hierro se sitúa en una apartada playa de arena negra, rodeado por montañas volcánicas que lo protegen y lo aíslan del resto de la isla. Esa ubicación privilegiada permite disfrutar de un ambiente íntimo en el que la desconexión está garantizada.

Desde sus habitaciones se contemplan panorámicas que quitan el aliento: el contraste entre los tonos oscuros de la arena volcánica y el azul intenso del Atlántico dibuja un paisaje difícil de olvidar. El establecimiento cuenta con restaurante propio y piscina a pie de playa, aunque algunas instalaciones —como la sauna, el jacuzzi, el gimnasio y la piscina principal— permanecen cerradas temporalmente debido a medidas de seguridad relacionadas con la erosión marina.

Gastronomía con identidad

Uno de los grandes atractivos del Parador de El Hierro es su oferta culinaria. En su restaurante, los comensales pueden saborear los productos y recetas más representativas de la isla, donde los ingredientes locales ocupan un papel protagonista.

Entre sus platos estrella se encuentran el caldo de queso herreño, el peto encebollado con papas arrugadas y el dulce biscuit de higos del Pinar, un postre con identidad propia que refleja la tradición y el aislamiento de la cocina herreña. Esta apuesta por lo local convierte al parador en un lugar ideal para conocer el alma gastronómica de la isla.

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Parador de El Hierro / PARADORES DE ESPAÑA

Una isla de contrastes

Más allá del hotel, El Hierro en sí misma es un tesoro natural. Reconocida como Reserva de la Biosfera, la isla ofrece un catálogo impresionante de paisajes: playas vírgenes, charcos naturales, bosques húmedos y miradores volcánicos.

Uno de los enclaves más visitados es el Charco Azul, una piscina natural entre rocas de lava que se ha convertido en uno de los lugares más fotografiados del Archipiélago. También destacan los miradores como La Peña, diseñado por César Manrique, desde el que se aprecian panorámicas espectaculares del Valle de El Golfo. El senderismo ocupa un lugar destacado en la oferta turística de la isla, con rutas que recorren desde llanuras volcánicas hasta espesos bosques, siempre acompañados por la brisa oceánica.

Paraíso del submarinismo

El Hierro también es un referente mundial en buceo. La isla cuenta con cerca de 50 puntos de inmersión distribuidos a lo largo de su costa, donde la temperatura del agua oscila entre los 18 y 25 °C durante todo el año y la visibilidad alcanza hasta 50 metros.

Los fondos marinos herreños, con su biodiversidad y formaciones volcánicas, atraen a buceadores de todo el mundo. Especies como mantas, meros y tortugas conviven en un entorno marino que sorprende incluso a los más experimentados.

El refugio perfecto

El Parador de El Hierro no es solo un alojamiento: es una experiencia en sí misma. Su localización, su gastronomía y la atmósfera de calma que ofrece lo convierten en el refugio perfecto para quienes buscan desconectar y, al mismo tiempo, sumergirse en la riqueza natural y cultural de la isla.

En definitiva, dormir entre mar y montaña, con el Atlántico a los pies y los volcanes como telón de fondo, confirma por qué este rincón ha sido señalado como el parador más bonito de España. Un lugar donde el tiempo parece detenerse y donde cada amanecer regala la oportunidad de contemplar la naturaleza en estado puro.