Canarias tiene joyas gastronómicas en casa esquina. A veces, estos grandes sabores se encuentran lejos del bullicio de las ciudades y de los focos turísticos. En al Palma, una de las islas más verdes y tranquilas del archipiélago canario, hay un rincón culinario que se ha ganado el corazón de aquellos que lo visitan.
Breña Alta es un pueblo de interior, ubicado entre barrancos, que se ha convertido en un pequeño santuario para los amantes de la buena mesa. A pesar de su discreción, cada semana recibe a comensales de todos los rincones de la isla —y del resto de Canarias— con una misión clara: disfrutar de una experiencia culinaria inolvidable.
Casa Osmunda
En una casona tradicional cargada de historia, Casa Osmunda ha transformado el antiguo espíritu hospitalario del lugar en alta cocina con esencia local. El restaurante, liderado por el chef José Carlos Fonte Viña, ofrece una carta que fusiona tradición canaria y creatividad contemporánea.
En sus platos conviven los sabores más auténticos de la isla: cordero palmero, mariscos del Atlántico, mojos caseros, frutas tropicales y guiños exóticos como ceviches con toque thai. Todo preparado con una técnica impecable y una sensibilidad especial por el producto de cercanía.
Una cocina conectada con el territorio
La propuesta de Casa Osmunda no solo destaca por su sabor, sino también por su compromiso con el entorno. Los ingredientes de kilómetro cero —desde vinos locales hasta verduras de temporada y carnes criadas a pocos kilómetros— permiten recorrer los microclimas de La Palma a través del paladar.
El espacio también contribuye a esta experiencia: paredes de piedra volcánica, una terraza con vistas al antiguo aljibe y un ambiente sereno que invita a disfrutar sin prisas.