La Historia del Carnaval es la historia de un esfuerzo colectivo, y sin embargo, “algunos nombres propios han colaborado e influido de una manera tan singular que merecen ser destacados”, dice en su libro La Laguna. Siglos de Carnaval el escritor e investigador Julio Torres.
Una de las personalidades que dejó una huella profunda en la historia del Carnaval fue Luisa Machado, "una de las plumas de mayor prestigio en el panorama del humor de la Isla", afirma Torres. Su trayectoria estuvo ligada a la música y la cultura popular tinerfeña desde principios del siglo XX, con aportaciones clave en la creación de la primera rondalla femenina, la consolidación de las murgas laguneras y su vinculación con la Sociedad Cultural Orfeón La Paz.
De rondalla a murga
Desde los años 20, su figura fue fundamental en la formación de la Estudiantina Normalista, la primera rondalla femenina del Carnaval de Tenerife. Este grupo, compuesto por alrededor de 50 alumnas de la Escuela Superior de Maestras de La Laguna, conocida como "La Normal", tuvo un papel destacado en las festividades hasta su disolución en 1929.
En los años 60, Machado amplió su influencia en el Carnaval al convertirse en letrista de algunas de las agrupaciones más emblemáticas. "Del ingenio y el talento de Luisa Machado surgieron letras que luego interpretarían dos buques insignia de las murgas laguneras", Macacafú (la primera murga de Tenerife) que se cambió el nombre más tarde a La Pechugona, y Los Zipi y Zape.
Fue también la guionista de Las boladas de Seña María, unos seriales radiofónicos costumbrista canario "de gran aceptación popular". Su capacidad para escribir "con humor e ironía", cuenta Torres, consolidó su reputación.
Premio para La Pechugona
La Pechugona no solo se convirtió en la decana de las murgas laguneras, sino que también fue la primera en obtener un primer premio en el certamen de murgas tras la retirada de la Ni Fú-Ni Fá en 1966.
La agrupación "destacó siempre por la exquisitez de sus letras realizadas, en su mayoría, por su madre doña Luisa Machado, una de las plumas de mayor prestigio en el panorama del humor de la Isla y guionista de Las boladas de Seña María, unos seriales radiofónicos costumbristas canarios de gran aceptación popular".
Orfeon La Paz
Su vínculo con la cultura lagunera no se limitó al Carnaval. También fue la única mujer que formó parte de la primera junta directiva del Orfeón La Paz, una de las entidades artísticas y culturales más importantes del municipio. Fundada en 1918, la sociedad nació con el propósito de fomentar la actividad musical en la ciudad, "cuando un grupo de amigos decidió formar un coro para cantar en la misa del día de la patrona de Canarias en la catedral de La Laguna", explican en su web.
El Orfeón La Paz surgió El final de la Primera Guerra Mundial influyó en la adopción del nombre definitivo de la sociedad. Con el tiempo, se convirtió en un referente musical en Tenerife, consolidando su papel tanto en el ámbito coral y la rondalla. Su evolución y contribución a la cultura han sido reconocidas, y ha mantenido una presencia continua en la vida cultural de La Laguna.
Hoy en el Orfeón
100 años después, el Orfeón La Paz continúa vigente en unas fiestas que han sabido mantener su identidad a lo largo de los años. "Descubrí que había un grupo de gente que llevaba toda la vida en el Orfeón, que seguían sentiéndolo desde que eran pequeños, que hablan con orgullo de que el Orfeón cumpla 100 años", relata a Atlántico Hoy Jesús Lacorte, director del documental Orfeón La Paz, 100 años de Historia, que emitió RTVC con motivo de los carnavales.
"Todas esas historias que que ocurrieron en el pasado pueden seguir ocurriendo. Tienen todos los ingredientes para para seguir siendo una buena rondalla y para que la Sociedad funcione", señala el realizador, quien destaca que la reforma pendiente de su edificio en el centro de La Laguna podría ser el impulso necesario para revitalizar su actividad.
El documental también refleja un momento de transición para la institución, que atraviesa una etapa de menor actividad competitiva pero "la gente se dio cuenta de que sigue existiendo la esencia, sigue existiendo la Sociedad del Orfeón de la Paz como un emblema". Y concluye: "Cumplir 100 años cuesta mucho, pero mantenerse, yo creo que cuesta más".
