La capital de Lanzarote es el centro administrativo y comercial de la isla canaria. Marcada por un carácter marinero, la ciudad ha obtenido un nuevo récord turístico. La llegada de cruceristas al Puerto de Arrecife durante los primeros meses del año ha aumentado un 24,6% respecto al año pasado. En un comunicado, el Ayuntamiento ha indicado que llegaron hasta 344.807 visitantes entre enero y mayo, frente a los 278.814 del año anterior. 

El alcalde ha resaltado: "Todo apunta a que este año la ciudad volverá a batir un nuevo récord en la llegada de cruceristas". Ha destacado que la inauguración de las nuevas terminales de cruceros, en los muelles de Naos y Los Mármoles, contribuirá a que Arrecife siga siendo un importante puerto para las navieras turísticas en sus circuitos por Canarias y el Atlántico Norte.

La capital de la isla de Lanzarote y César Manrique

Arrecife, capital de Lanzarote desde 1852, es una ciudad con profundas raíces históricas. Su origen se remonta al siglo XV como puerto natural y refugio de pescadores, y pronto se convirtió en un enclave estratégico del Atlántico. Durante siglos, fue el escenario de ataques piratas y conflictos marítimos, lo que llevó a construir fortalezas defensivas que aún hoy se conservan.

Estas construcciones, junto con sus calles empedradas y su arquitectura tradicional, convierten a Arrecife en la capital más histórica de la isla. Recorrer sus calles es también entender cómo la ciudad fue evolucionando desde un pequeño núcleo pesquero hasta convertirse en el centro político, comercial y cultural de la isla.

Esta riqueza patrimonial también se entrelaza con la visión artística de César Manrique, el creador que transformó Lanzarote en un modelo de sostenibilidad estética.  Aunque Manrique nació en Arrecife y vivió parte de su juventud en la ciudad, su huella va más allá del recuerdo.

Promovió la preservación del casco antiguo, influyó en las regulaciones urbanísticas que limitan las alturas de los edificios y defendió el uso de materiales locales en la arquitectura. Gracias a su legado, Arrecife ha sabido modernizarse sin renunciar a su identidad histórica.

Qué ver en la ciudad de Arrecife 

Arrecife, capital de Lanzarote, sorprende por su mezcla de historia, cultura marinera y ambiente local. Aunque muchas veces es eclipsada por otras zonas turísticas de la isla, esta ciudad guarda auténticos tesoros que vale la pena descubrir.

Uno de los grandes símbolos es el Castillo de San Gabriel, ubicado sobre un islote y conectado al centro por el Puente de las Bolas. Esta fortaleza del siglo XVI alberga el Museo de Historia de Arrecife y ofrece vistas inmejorables del Atlántico.

Muy cerca, el Charco de San Ginés es otro punto esencial. Es una laguna de agua salada rodeada de casas blancas, barquitas de pescadores y terrazas donde disfrutar de la gastronomía local. Para los amantes del arte y la arquitectura, destaca el Castillo de San José, que acoge una colección del Museo Internacional de Arte Contemporáneo (MIAC), con piezas de artistas como César Manrique.

Precisamente, la huella del artista lanzaroteño también se siente en la ciudad, especialmente en sus intervenciones urbanas y su influencia en la estética insular. No puedes irte sin pasear por la calle León y Castillo, el eje comercial de Arrecife, o disfrutar del ambiente en la Playa del Reducto, ideal para relajarse con vistas a la ciudad.