En una isla donde el Atlántico marca el ritmo y los días comienzan con el rumor del mar, hay algo especial en encontrar el desayuno perfecto. No hablamos solo de un buen café o una tostada bien hecha. Hablamos de esos sitios que elevan lo cotidiano y convierten el primer bocado del día en una pequeña celebración. De esos lugares donde el tiempo se detiene un rato entre una cookie recién horneada y una sonrisa detrás de la barra.
El chef Santi Benéitez, referente en la gastronomía lanzaroteña gracias a su propuesta en SeBe, lo tiene claro. Cuando le preguntan por un buen sitio para desayunar, no duda en recomendar Antípoda Café, en pleno centro de Arrecife, a un paso de la emblemática iglesia de San Ginés. Lo define con sencillez, pero también con precisión: “Café rico, estupendas tostadas y una atención esmerada en un entorno encantador”.
Antípoda café
No es el único que lo piensa. Antípoda Café ha logrado posicionarse en la prestigiosa Guía Repsol, y cuenta con un Solete, esa distinción que señala a los lugares con alma, con encanto, con ese algo más que los hace inolvidables.
Entre sus imprescindibles están su café aromático y bien extraído, una cookie de pistacho que ya es casi legendaria entre los habituales y una carta de sándwiches especiales que mezclan ingredientes frescos, locales y toques internacionales. El espacio, acogedor y luminoso, invita a quedarse un rato más de lo previsto probando su café de especialidad o mirando su tienda —sí, en Antípoda café también puedes conseguir unas camisas chulísimas—.
Un desayuno con alma
Antípoda no es solo un café con buenas valoraciones: es un refugio, un rincón donde el desayuno es tratado con el respeto que merece. En una isla que cada vez apuesta más por el producto local y el cuidado en cada detalle, lugares como este recuerdan que la excelencia está en lo auténtico, lo bien hecho y lo cercano.
Y si lo recomienda el gran Santi Benéitez, será por algo.