Existe un enorme bullicio desafiante dentro de la cabeza de Paul Auster. Podríamos definir semejante barullo lleno de motivaciones y huidas, como una rebeldía poderosa que es capaz de triturar cualquier mínimo atisbo de indolencia. “A salto de mata, crónica de un fracaso precoz”, es la vivencia novelada del joven Auster, en la intensa búsqueda de su propia identidad. Contrariamente al significado de tan sugerente subtítulo, nos queda, tras la lectura de este libro, una sensación alegre que nada tiene que ver con la derrota.Paul Auster se lanza a la vida para improvisarla y eso nunca puede considerarse un fracaso. Auster crece desde el interior de su propia insatisfacción, pero crece sin orden, conformando sus propias vivencias una concesión al caos que se olvida del tiempo.
Hijo de un matrimonio que se rompe a causa del dinero y que recrea la dramática crisis del choque de dos realidades que cohabitan dentro de en un mismo universo, el de la pareja. La madre ama el dinero, lo ama sin miedo, va hacia el dinero como una conquista emocional. Consume, compra, acumula. Es la expresión de la vida y de la belleza plástica del consumismo, mientras el padre teme al dinero, lo ama igualmente, pero teme perderlo. Dos mitades de un mundo reconocible: la expansión de la energía sin reservas ni limitaciones y el desesperado y timorato conservadurismo. No sabemos hasta qué punto la vivencia familiar del microcosmos matrimonial de la desavenencia, pudo ayudar a configurar el carácter de un muchacho como Paul Auster; solitario, aventurero, extremadamente curioso y con un temperamento de idealista pendular, que participa de la algarabía contestataria contra la guerra del Vietnam pero que, con la misma facilidad que se manifiesta, se repliega a una soledad hecha de habitación de apartamento, tabaco, lectura y máquina de escribir, invirtiendo horas en sostener y alimentar la propia independencia de su pensamiento.
La memoria es una reconstrucción de los hechos que serena los ánimos y proporciona aplomo a las piernas.
“A salto de mata, crónica de un fracaso precoz “, nos presenta la extraña relación de equilibrios que establece con el dinero el joven Paul Auster. Sobrevive tomando decisiones. El solitario Auster siempre toma decisiones y nunca se queda quieto. Su drama aplazado y sin resolver es la maldita ecuación que siempre arroja dudas y que la componen, tanto la urgencia de cubrir las necesidades físicas como las intelectuales o creativas.
El admirable Auster trabaja en un buque petrolero compartiendo tiempo y espacio con tipos toscos y mugrientos, trabaja de freganchín y conoce a vagabundos sin nadie que mantienen intacta cierta capacidad para el ingenio, trabaja en un estrafalario proyecto que consiste en viajar a Méjico para ayudar a escribir una novela a la mujer de un aristócrata francés, trabaja traduciendo, por encargo, la nueva Constitución vietnamita, trabaja inventando un juego de naipes que presenta en la feria del juguete de Nueva York con resultado de fracaso. La lucha de Paul Auster, es la gran batalla de la adaptación a un sistema. Auster solo quiere hacer lo que sabe, escribir, escribir y vivir y no morir de hambre.
Portada del libro | IMAGEN DE LA RED