Fran Belín./ CEDIDA

Opinión

Cocina de La Graciosa, mucho más que sencillo deleite

Periodista

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A poquito de la celebración del Día de Canarias, el pasado 30 de mayo, me encantaría remarcar el sentimiento de pertenencia y respeto a cada una de nuestras ínsulas y generaciones de canarios-as que nos antecedieron. Además, en esta ocasión, aprovecho para remarcar el encanto especial que irradia La Graciosa haciendo guiño a su gastronomía tan particular.

Hace poquito, en el Salón Gastrocanarias celebrado en el Recinto Ferial de Tenerife, la invitada de honor fue precisamente el terruño tan cercano a Lanzarote y que, a través de la gastronomía, dejó calar unas formas y fórmulas de identidad propias en la manera de entender materia prima (sobre todo marino, claro está) y recetarios con honda raíz familiar.

Conservas de lapas y burgados, ropa vieja de corvina salada, torrijas, pejines secos,… Una vistosa representación en la que el chef Joao Faraco junto a Rosario -conocida cocinera de La Graciosa- preparó ese sabroso caldo de mero.

 Agradable descubrimiento, por tanto, el de las elaboraciones marineras más ‘escondidas’ de La Graciosa que sorprendieron por su singular patrimonio culinario. En este sentido, los visitantes al Salón pudieron conocer el pulpo frito de Rosario, el cochino ‘ahogao’ y el caldo de mero de Enriqueta, además de la gallegada de María del Mar; tanto es así, que se vivió en una de las sesiones el ‘menú del día’ graciosero muy especial y de notable nivel culinario

Espectacular Los del Gofio Arráez, el célebre grupo de hermanos que, por ejemplo, dieron el do de pecho con la amasada de gofio de la que se tomaron incontables fotografías; es que la vistosidad de las evoluciones con la elaboración emblemática de Canarias no era para menos.

El presidente del Cabildo de Lanzarote, Oswaldo Betancort, remarcó “la importancia de mostrar la idiosincrasia gastronómica de La Graciosa y la oportunidad de poderla conocer y degustar”. Así pues, recetas familiares como la fritura de cabrilla oreada y guisada en mojo rojo, la vieja encebollada con batata de Jable, los fideos costeros, el atún en adobo y su conserva y la fula de fondo oreada desvelaron la personalidad culinaria tradicional de la isla.

Por otro lado, cabe recordar que el producto obligatorio en el Campeonato Absoluto de Cocineros de Canarias 2024 fue la merluza de aguas de La Graciosa y Lanzarote. La isla graciosera, por tanto, afina y transmite su arcón de sabores basados en una historia de jareas secas, salazones, mojos y técnicas ancestrales de conservación del pescado. 

En definitiva, un lujo haber contado con preparaciones coquinarias que, en tantos casos, se guardan en la intimidad de los hogares gracioseros.

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