Opinión

La educación financiera, un déficit

Emprendedor y empresario

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Desde mi punto de vista en la vida hay conocimientos con los que tenemos que convivir desde que nacemos y en los que deberíamos ser educados tanto en el ámbito privado de los hogares como en el sistema educativo. Algunas de ellos son: la salud, el dinero, la comunicación y la interacción con los demás. Yo hoy voy a hablar de la parte económica que es mi campo de conocimiento.

Estaba el otro día leyendo una publicación que estudiaba la correlación entre la educación financiera de una sociedad y su nivel de PIB per cápita (un indicador del nivel de riqueza, que divide el PIB del país entre sus habitantes). Básicamente, venía a decir que aquellos países en los que había una mayor cultura financiera, su nivel de riqueza era mucho mayor.

El estudio englobado dentro del informe PISA, se lleva haciendo desde hace años y es curioso ver como España, si bien ha mejorado en los últimos años su sistema educativo en esta materia, lo ha hecho de manera mucho más lenta que otros países que tenían menor PIB per Cápita. Con el paso de los años, la superior educación financiera ha ayudado a que estos países hayan mejorado su situación superándonos en riqueza. Es el caso de Estonia, por ejemplo.

Hay un dato demoledor en este estudio, y es que aun con la mejora anteriormente mencionada, se extrae la baja disponibilidad de recursos para aprender educación económica y financiera de los que dispone la población en España. La menor disponibilidad, con mucha diferencia, de la eurozona. Es decir, no le prestamos la importancia debida en nuestro modelo educativo.

Y esto afecta a las decisiones que tomamos en el ámbito personal a todos los niveles: falta de control de gastos e ingresos de la economía familiar, la utilización de crédito sin conocer todas las condiciones e implicaciones, el consumo de productos financieros inadecuados, la no generación de una base de ahorro suficiente, etc.

A esto debemos sumarle las múltiples trampas que nos encontramos en el camino y que, sin este tipo de formación, nos convierte en presa fácil. Estoy hablando de, por ejemplo, las tarjetas revolving, la venta de acciones preferentes o las financiaciones rápidas con tipos de interés disparatados, entre otras muchas.

Como decía al inicio, este aspecto era algo que estaba mejorando, ya que, en los últimos años, en la ESO los alumnos cursaban la asignatura de Economía o la de Iniciación al Emprendimiento. Hablando de este tema hace poco con un amigo que es profesor de la materia, me comentaba que el borrador de la nueva ley educativa (otra más) lo que hacía era reunir estas dos asignaturas en una nueva llamada Economía e Iniciación al Emprendimiento. El problema con ello es que la parte de emprendimiento va a tener un 90% del peso de la asignatura y la propia economía aproximadamente un 10%.

Me decía que el objetivo de la nueva asignatura era quitar importancia a los contenidos y otorgárselo a habilidades sociales. Dicho de otra manera, dejamos atrás los conocimientos y ponemos en valor los sentimientos. No me entiendan mal, no digo que los sentimientos no sean importantes, pero las mejores decisiones económicas tanto a nivel micro como macro se toman con la cabeza fría.

Mi amigo y yo llegamos a la conclusión de que a la clase dirigente no le interesa tener una base poblacional crítica, con unos conocimientos mínimos para entender los datos básicos económicos. Ya que, en base a estos conocimientos podrían exigirles mayor responsabilidad y medidas más eficientes.

Asimismo, tomarían mejores decisiones a nivel personal o familiar. Puede ser que, quizás, se priorice seguir creando unidades de consumo no racionales para el sistema. Consumidores que, por ejemplo, cuando España llegue a la final de un mundial se compren un televisor 4K a plazos “porque lo pago mes a mes y ni me entero” aunque al final termine pagando por la tele un 40% más del precio inicial debido a los intereses.

Decía Jonathan Hennessey, ilustrador y escritor norteamericano: “La ignorancia es el peor enemigo de un pueblo que quiere ser libre”.