Domingo J. Jorge

Opinión

¿Educamos en casa o en la escuela?

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No sé qué está pasando, pero los domingos cuando hablo con compañeros de nuestro ámbito, del de la enseñanza, sufren con la llegada del lunes. Además, me aseguran que el sufrimiento parte de no soportar la indisciplina y mal comportamiento del alumnado dentro del aula. Muchos lo relacionan con que en casa se les deja hacer de todo, y el alumnado pretende mantener los mismos hábitos durante su horario escolar. ¿Qué esta pasando en el camino de educar? ¿Navegamos solos los profesores en los Centros? Mis preguntas son bien sencillas. A mí me las respondió hace cinco años Emilio Calatayud, durante una charla que impartió en mi centro, el Colegio Virgen del Mar, con motivo del 50ª Aniversario de su Fundación. 

"Hemos pasado del padre autoritario al padre colega"

Aquí, les dejo una primera reflexión de Calatayud, con la que nos lleva hacia una de las grandes razones en torno a lo que está sucediendo, y es que "hemos pasado del padre autoritario, al padre colega".




Me atrevería a resumir, si Calatayud me lo permite, su reflexión anterior en dos o tres premisas: En muy pocos años, en tan solo dos décadas, se ha pasado de aquel padre autoritario a una especie de teoría psicológica y pedagógica por la que debemos dialogar, argumentar, razonar, en casa, con nuestros hijos -esto no está mal, no es inapropiado-. Sin embargo, hemos dejado en el cajón de los recuerdos actuar con la también autoridad que se le presupone a un padre, y nos hemos convertido "en sus colegas", como nos señala Emilio Calatayud. Como buenos españoles, hemos pasado de un lado al otro, sin la precaución de conservar lo bueno de momentos anteriores. Finalmente, hemos olvidado que lo que sí somos es padres de nuestros hijos, y no actuamos como tales.

Los alumnos esperan tener en el colegio, en el instituto, lo mismo que tienen en casa con sus padres, verdaderos colegas


El párrafo anterior, realmente, destaca el principal problema al que se enfrenta el profesorado todos los lunes, cuando llegan a sus colegios o institutos. Los alumnos esperan tener lo mismo que tienen en casa con sus padres, verdaderos colegas, y nosotros lo que sí somos es sus profesores, queriendo ante todo enseñarles la mejor lección de la vida, ser personas.

El niño, de emperador a tirano

Así, los profesores hallan, muchos, siempre un gran problema en el aula, siempre el mismo, cuando entran en ella. Se encuentra con el alumno respondón, indisciplinado, poco empático con los demás, nada colaborador, con una total desazón ante todo lo que haya que hacer, vamos un cuadro bastante estrambótico para poder llevar a cabo una clase con ciertas buenas maneras con las que generar aprendizaje receptivo entre el alumnado. Es decir, un clase llena de disruptivos, como se les define ahora. Pero, no terminó todo, a esto se une la autoridad, bien llevada, que ha perdido el sector del profesorado en nuestro país, no solo en Canarias. Vean lo que sobre esto también Calatayud comenta en este vídeo.



El Magistrado Emilio Calatayud cuenta como la sociedad, hace débiles y tiranos a los niños. Como los padres y los profesores han perdido autoridad y como un niño con "síndrome del Emperador", se hace tirano y termina dominando a los padres.

La autoridad del profesor

Esa autoridad que han perdido los padres en el hogar, o han dejado de ejercerla, aparentemente, también está llegando a las aulas, donde muchos profesores o maestros no encuentran esa teoría, llevada a la práctica, aprendida en las facultades para ganarse el respeto del alumno. Podemos buscar que la LOMCE nos ampare, con esa autoridad supuesta que ya lleva el doncente "per se", sin embargo yo soy de la opinión, como Emilio Calatayud, de que el verdadero respeto o autoridad ganada ante los alumnos no se encuentra en ninguna Ley de Educación, sino sencillamente el valor que le dé el propio docente a la enseñanza.

Muchas veces nosotros los profesores llegamos a la Educación buscando, tan solo, los honorarios percibidos a final de mes por el trabajo realizado. Quizás, eso marque nuestro estilo de profesor, no somos un profesional, meramente, que cobra por realizar una labor, somos especialmente profesionales repletos de vocación, que desean formar personas dentro del aula. Probablemente, si tomamos como referencia ese estilo de profesor, este último, que muchos hemos aprendido de nuestros propios profesores, los que nos han formado en caminos pasados, lograremos, en parte, esa autoridad esperada hoy dentro de las clases.

Lo dejo ahí, porque lo que sí debemos querer es seguir "EduKando", nuestros chicos y esta sociedad lo necesitan. Pensemos esto los lunes, cuando lleguemos a nuestros colegios o institutos. No olvidemos que la LOMCE nos recuerda que "el alumno es el centro y la razón de ser de la Educación", aunque no sea necesario que nos lo recuerden.