Opinión

De Euribor e insolvencia

Emprendedor y empresario

Guardar

Todos hemos oído hablar del Euribor, el tipo de interés de referencia de nuestros créditos con las entidades financieras, pero, ¿qué es, cómo funciona, cómo nos afecta y, sobre todo, cómo se va a comportar en el futuro más próximo?

Por un lado, el Euribor es el tipo de interés aplicado en las operaciones entre bancos de Europa, es decir, el tipo al que se prestan dinero los bancos unos a otros para que ese dinero llegue finalmente a particulares y empresas.

Por otro lado, tenemos los tipos de interés del euro que determina el Banco Central Europeo (BCE), sobre los cuales el Euribor no está relacionado directamente, aunque, obviamente, si lo está de manera implícita, ya que el tipo de interés del euro es la tarifa que los bancos deben abonar al obtener dinero del BCE en forma de préstamo.

Durante todo este tiempo de Euribor negativo, los bancos estaban pagando unos a otros por guardar el dinero que no eran capaces de liberar en forma de liquidez a sus clientes. Dicho de otro modo, el banco que necesitaba esa liquidez, porque había conseguido colocarla en clientes finales, lo conseguía a tasa de interés negativas. Dándole la vuelta, esto sería: te cobro por guardarte el dinero que no eres capaz de prestar. Juzguen ustedes hasta que punto el sistema financiero y el exceso de liquidez ha sido una anomalía todo este tiempo.

Ante esta situación los bancos prestaban dinero a tipos de interés muy bajo, ya que esto les era más rentable que no deshacerse de esta liquidez que les penalizaba, es por ello que los créditos han sido tan baratos todo este tiempo.

Como decíamos, lo que haga el BCE (o las expectativas de lo que pueda hacer) afectan al Euribor, ya que reacciona libremente a las modificaciones de los tipos de interés de referencia del BCE.

Se da por hecho que el BCE subirá sus tipos antes de final de 2022, y en base a estas expectativas se explica la rápida subida del Euribor en lo que llevamos de año, ya que ha pasado del -0.5% del inicio de año al -0.31% actual. La previsión es que el Euribor pase a positivo antes de finalizar el año.

Un préstamo a los agentes financieros se hace a un tipo de interés variable: la tasa se calcula en base al Euribor más un diferencial; o a un tipo de interés fijo: un tipo pactado de antemano entre las partes y que no se modifica en el tiempo que dura el crédito.

La banca española, en general, ha seguido una estrategia para colocar tipos fijos en el mercado, más caros, pero con la certeza para los clientes de saber siempre cuánto van a pagar. Esta estrategia ha llegado a su fin, casi con toda seguridad. Los precios de los créditos a tipo fijo se van a disparar y los requisitos para dar crédito van a ser más restrictivos.

Insolvencia

Se aproxima un recorte del crédito disponible en la economía real, tanto por la subida de los tipos, como por el rápido aumento del riesgo de insolvencia. A noviembre de 2021, el 8,6% de todos los créditos en España estaban en situación de vigilancia especial (30 días de impago). A esto sumamos que nos acercamos a los primeros vencimientos de los préstamos ICO dados para aliviar las tensiones de tesorería de las empresas durante los primeros meses de la pandemia.

Estos préstamos se dieron en 2020 y se deben devolver como un préstamo normal con una cuota mensual en un período reducido de tiempo. La característica especial es que están avalados al 80% por el Instituto Oficial de Crédito (ICO).

Los avales para estos préstamos desplegados por parte del Estado alcanzan un importe de unos 102.000 millones de euros y teniendo una estimación (positiva) de que alrededor del 15% de estos créditos serán impagados a lo largo del año, esto supondría añadir 15.000 millones de euros más de deuda a cargo de las arcas públicas.

Todo ello en una situación de contracción económica real (ya que las tasas de crecimiento positivas se corresponden con el lógico rebote post-COVID) y con un estado expandiendo el gasto para disfrazar la situación económica y sedar a una sociedad que no es (ni quiere) ser consciente de la tormenta que se aproxima. Y el mayor problema es que esta vez no podremos salir de esta imprimiendo más billetes debido a la inflación.

Un país con un claro problema de productividad y valor añadido, en el que ya se empieza a intuir que el dinero que se inyecte de los fondos europeos NextGen no van a ir a parar a proyectos que solventen esa carencia, ni en fomentar la creación o atracción de plataformas de tecnologías disruptivas.

No. En su defecto, se utilizarán 100 de estos millones para renovar las 42 sedes de UGT y CCOO como parte de las inversiones previstas para la "transición energética en la Administración pública" después de avalar las reformas necesarias para recibir estos fondos. Como para ser optimistas…