Jaime Lannister y su compañero Bron han sobrevivido a la invasión Dothraki y al temible ataque del dragón de Daenerys. El acto heroico y fallido de Jaime para intentar acabar la guerra lleva a su compañero a dejarle bien claros sus intereses, pues le dice: "Hasta que no me pagues lo que me debes, un dragón no te va a matar, tú no te vas a morir, solo yo puedo matarte". 

Bron es uno de esos personaje cuyos intereses están por encima de cualquier código moral o ético, o eso es lo que nos pretende demostrar. Puede ser que su verdadera humanidad se encuentre bajo su armadura. 

Daenerys aprisiona a los soldados Lannister y les da la posibilidad de seguirla como su nueva reina, o morir. Antes de que el dragón empiece a escupir fuego sobre los cuerpos de Dickon Tarly y Randyll Tarly (la familia de Sam) como muestra de castigo, Tyrion se pasea por el campo de batalla, donde los escombros, fruto del fuego, le recuerdan que la casa contra la que se acaba de enfrentar es la suya propia. 

Jaime le comunica a su reina y hermana la gran derrota que han sufrido frente a la Madre de Dragones y, además, le comunica cuál fue la última confesión de Lady Olenna: fue ella la que mató a Joffrey. Cersei muestra su ira y nada parece que vaya a detenerla hasta que consiga ganar. 

Uno de los momentos más emocionantes de este capítulo corresponde a la escena en la que Daenerys vuelve a Rocadragón y Jon conoce y acaricia a Drogon, la más temible de las tres bestias que posee la Targaryen. Poco a poco, va creciendo un vínculo más grande entre ella y Jon. 

Jorah Mormont ha cumplido su promesa y vuelve para servir a su reina, tras haberse curado de su terrible enfermedad, gracias a Sam Tarly. 

Cuando Bran ve al Rey de la Noche en una de sus visiones, sabe a lo que se enfrentan, pues el temible villano se dirige con su ejército de muertos hacia Guardaoriente, uno de los puntos claves de defensa del Muro. Este mensaje, que llega a manos de Jon, hace que Tyrion llegue a la que es la solución más acertada al problema: llevar a un soldado del ejército de los muertos ante Cersei para que se den cuenta en Desembarco del Rey de cuál es la verdadera amenaza. Jon decide que será él el que vaya más allá del Muro, una vez más. 

Además, este es un capítulo de encuentros, algunos más incómodos que otros. Tyrion se infiltra en la ciudad de Desembarco del Rey y se encuentra con su hermano Jaime para conseguir una tregua entre el bando de Cersei y el de Daenerys; y, por otro lado, Davos se reúne con Gendry, el hijo bastardo del rey Robert, al que liberó en la tercera temporada de las garras de Melisandre. 

Jon y Jorah se despiden de la reina Daenerys y se dirigen al Muro para llevar a cabo su complicada misión; Sam Tarly roba documentos de la Ciudadela y huye para poder ayudar a sus amigos; y, como de costumbre, Meñique teje una complicada trama de mentiras para manipular a Arya y enfrentarla a su hermana Sansa. 

Jon, Jorah, Tormund, Gendry, el Perro y la hermandad del dios de luz se dirigen más allá del Muro. "Todos tienen un buen motivo para odiarse mutuamente" dicen los creadores de la serie sobre este particular grupo de héroes, pero como dice el personaje de Jon: todos están en el mismo bando "porque respiran". 

Jon conoce al temible Drogon. Fotograma del tráiler oficial de la serie (HBO)

La misión dirigida por Jon más allá del Muro los introduce cada vez más en el duro invierno de Poniente. Por medio de las primeras escenas, vemos cuáles son los conflictos que hay entre los diferentes personajes y cuáles son las cuentas pendientes que hay entre ellos. 

La escena en la que Jon le ofrece su espada a Jorah, que fue un regalo del antiguo Lord Comandante de la Guardia de la Noche (el padre de Jorah), es uno de los diálogos más emotivos del episodio, pues el hijo de Mormont rechaza la oferta y la espada, que es uno de los símbolos más conocidos de la serie, sigue perteneciendo a Jon. 

De vuelta a Invernalia, Arya ya tiene en su poder el mensaje que Meñique pretendía que tuviera, en el que se puede leer, con la letra de Sansa, que Robb se debe rendir ante el rey Joffrey y jurarle lealtad. Sansa fue obligada por Cersei a escribir este mensaje en la primera temporada, pero Arya sigue enfadada con ella porque, según la más joven de los Stark, se trata de una traición. 

Daenerys y Tyrion discuten sobre política y sobre cuál va a ser el futuro de la casa Targaryen cuando ella ya no esté, pues la joven no puede tener hijos. La reina y su consejero también tienen tiempo de hablar de la valentía y la osadía de Jon Nieve al dirigirse al norte y sobre los sentimientos que hay entre la reina Dragón y el bastardo. 

El escuadrón encargado de capturar a un soldado del ejército de los muertos se enfrenta a su primer peligro: un oso polar zombie. El fuego deja impotente al Perro durante la lucha, y este es, sin duda, el conflicto fundamental de un personaje que al principio de la serie parecía un tirano. A lo mejor, no lo es tanto, sino una víctima de las circunstancias. 

Jon Nieve más allá del Muro. Fotograma del tráiler de la serie (HBO).

Meñique y Sansa hablan del cambio tan drástico que ha sufrido Arya. Él sigue envenenando la mente de la joven Stark y la hace dudar incluso más sobre a quién debe su lealtad. Más tarde, las dos hermanas tienen la conversación más tensa de toda la temporada, en la que Arya juega a los extraños y espeluznantes acertijos que aprendió en la Casa de Blanco y Negro.

El escuadrón más allá del muro captura a un soldado de los muertos y aquí empieza otra de las grandes secuencias de toda la serie, en la que los héroes se refugian en una pequeña isla situada en medio de un lago helado. Los muertos caen al agua congelada bajo el hielo y la espera de un milagro marca los siguientes instantes de Jon y sus compañeros, hasta que Daenerys llega a socorrerlos con sus impresionantes dragones. 

Se trata, una vez más, de un final de episodio digno de ver, al igual que lo fue el del capítulo cuatro de esta temporada. Por lo tanto, es mejor recomendarlo que contarlo.