De eso habla La La Land, de sueños. En las palabras de su propia protagonista, Emma Stone, cuando recogió el Globo de Oro a la Mejor Actriz en Comedia o Musical: “Esta es una película que habla de soñadores”. En este discurso, dedicó el premio a todas aquellas personas (principalmente a los actores que buscan una oportunidad, pues estos son los verdaderos protagonistas de la trama principal de la cinta) que alguna vez han perseguido un sueño que parecía imposible. Al fin y al cabo, cualquier persona que ahora esté en la privilegiada posición en la que se encuentra Emma Stone, empezaron desde el principio, en un lugar en el que solo se puede mirar hacia arriba, cuando esos sueños son una montaña escarpada e inmensa todavía por escalar.
El director, guionista y productor Damien Chazelle firma una película brillante, bella, divertida y emocionante. No es la primera vez que lo hace y tampoco es un principiante a la hora de moverse en el peligroso terreno de intentar llevar a la pantalla una película que habla de música o, en el caso de La La Land, mejor dicho, de dar vida a un musical.
Los actores que dan vida a los personajes de esta historia, sobre una aspirante a actriz (Emma Stone) y un músico de jazz (Ryan Gosling) que están estancados en ese punto crítico de todo sueño, en el que se preguntan si realmente merece la pena luchar por sus visiones, están magníficos en sus facetas de baile, canto y actuación. Ambos consiguen hacernos soñar a los que (con nuestras propias fantasías en mente) hemos visto la película y hemos pensado al salir de la sala de cine: “A lo mejor sí merece la pena luchar por los sueños”.
El actor canadiense Ryan Gosling se empezó a labrar una carrera en el mundo del espectáculo desde que era niño, pero su primer gran papel fue en la película Half Nelson (2006), dirigida por Ryan Fleck, por la que fue nominado al Oscar al Mejor Actor. También ha protagonizado películas tan destacables como Drive (2011), dirigida por Nicolas Winding Refn; Blue Valentine (2010), dirigida por Derek Cianfrance, por la que fue nominado al Globo de Oro al Mejor Actor en Drama; Crazy, Stupid, Love (2011), dirigida por Glenn Ficarra, por la que fue nominado al Globo de Oro al Mejor Actor en Comedia o Musical y en la que actuó junto a Emma Stone; y The Ides of March (2011), dirigida por George Clooney y por la que también fue nominado al Globo de Oro al Mejor Actor en Drama.
Por otro lado, Emma Stone es la otra piedra angular del filme de Damien Chazelle. Empezó su carrera con la película Superbad (2007), que se tituló Supersalidos en España, con el personaje de Jules. Desde entonces, ha cosechado una increíble carrera con éxitos como Birdman (2014), dirigida por Alejandro González Iñárritu (esta cinta ganó el Oscar a Mejor Película y Mejor Director), por la que ella fue nominada al Globo de Oro y al Oscar a la Mejor Actriz de Reparto; y Easy A (2010), por la que fue nominada al Globo de Oro en Comedia o Musical.
En conjunto, la fotografía de la película y su música reflejan una historia que habla de los sueños más profundos de dos jóvenes artistas, de una forma sutil, entretenida y con estilo. El guion de Damien Chazelle se desenvuelve de forma casi perfecta entre la más cruda y dura realidad de la industria del espectáculo y el llamativo mundo de los sueños de sus protagonistas.
En definitiva, esta película habla de los sueños y de la posibilidad, no solo de que estos se hagan realidad, sino, principalmente, de luchar porque cobren vida. Lo que está claro es que es una cinta que pone un pie en el pasado sin olvidarse de innovar, y esta fórmula le sirvió a The Artist en el año 2011 para alzarse con el Oscar a la Mejor Película. Esperemos que también le sirva a La La Land. Desde luego, hasta ahora le ha servido para igualar el récord de catorce nominaciones en los Oscar que obtuvo Titanic en 1997.