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Opinión

La maldición de Cuna del Alma (y unas cuantas preguntas)

2 minutos

Una maldición ha caído sobre Cuna del Alma. No lo digo porque el proyecto se vaya a paralizar o ejecutar. Tampoco quiero asustar a nadie: no va a caer una abominación bíblica sobre el sur de Tenerife. No, su problema es más terrenal: los partidos políticos, a menos de un año para la celebración de elecciones municipales, insulares y autonómicas, han metido el asunto en sus agendas y le han dado carácter prioritario. Y eso, señoras y señores, es una condena. No se confundan, no me sean incautos. Lo de menos es salvar tabaibas, cardones, viborinas o tres estaciones de manifestaciones rupestres. Porque si eso fuese así, si realmente les importara, trabajaran y estuvieran a lo que tienen que estar, habrían parado la obra en tiempo y forma. Sí, justo en el periodo legal para presentar alegaciones y recursos.

Por eso, ahora que algunos han descubierto Cuna del Alma por un par de berrinches hipi-pijos –eso sí, sin que cayera una sola lágrima– en las redes sociales, me asaltan unas cuantas dudas y preguntas.

¿Por qué Unidas Podemos, que forma parte del Gobierno de Canarias, no puso reparos antes, justo en el periodo para hacerlo?¿Por qué forma parte todavía de un Ejecutivo que permite un proyecto que para ellos es el horror? ¿Se puede estar en la oposición y gobernar al mismo tiempo

¿Cómo defiende el Gobierno de Canarias, cuando da el visto bueno a inversiones así, que parte de su propio Ejecutivo decida boicotearse a sí mismo? ¿Viven en una nube semejante al camarote de los Hermanos Marx?

Obras del proyecto Cuna del Alma en el sur de Tenerife junto al proyecto que se quiere realizar./ Archivo

¿Por qué Unidas Podemos sostiene al gobierno del Cabildo de Tenerife si está en contra de todo lo que se proyecta en Cuna del Alma? 

¿Cuándo se da cuenta la viceconsejería de Cultura del Gobierno de Canarias, controlada por Unidas Podemos, de que en el Puertito de Adeje hay restos arqueológicos que puede ser destruidos durante la construcción del complejo turístico? ¿Cuándo tocaba o cuándo se dieron cuenta de que podían sacar un rédito político al asunto? ¿Ocultó el grupo inversor qué había en la parcela? ¿Alguien no hizo bien su trabajo? 

Si no hay nada que permita la paralización de la obra, porque hacerlo sería prevaricar, ¿las autoridades hacen algo para proteger los intereses de los inversores? ¿Qué prima en esta historia, el populismo electoral o la seguridad jurídica de quien ha hecho todos los trámites, según el propio Gobierno de Canarias, de manera correcta?

Todos los que se llenan la boca, empeñados en dar rodeos sobre el cambio de modelo turístico para Canarias, ¿han reparado en conocer al detalle el proyecto de Cuna del Alma? 

¿Cuántos de los que ahora se preocupan por el Puertito de Adeje repararon antes, durante los últimos cinco, diez, 15 o 20 años, en ese paraje, en sus tabaibas, sus cardones y sus viborinas?

¿Está mejor ese paraje así o con una urbanización que, según sus promotores, es el primer proyecto con un enfoque medioambiental de la construcción?

Y por último, ¿alguien con responsabilidad en una administración pública puede asegurar que la obra no es legal?

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