Fran Belín./ CEDIDA

Opinión

Medio ambiente y la relevancia de alcanzar los objetivos

Periodista

Guardar

¿Medio Ambiente? Y ¿por qué no entero? Créanme que no se trataba de un chascarrillo, hace de esto una verdadera purriada de años, cuando un servidor acometía los primeros pasos en la profesión periodística en los años 80.

Por convicciones que no vienen ahora a cuento, una de las ‘lupas’ en esa andadura inicial se centraba en cuestiones que entonces se antojaban más bien abstractas: medio ambiente, lluvia ácida, efecto invernadero, reciclaje, ecología, emisiones de CO2

Cambio climático también, nada menos. Lo recuerdo como si fuera hoy mismo, cuando me dispongo a hilvanar estos párrafos, el sentir y lo que expresaba la población al respecto: cuando no en desconocimiento absoluto entonces como materia que a muy pocos-as llamaba la atención. Ni en la teoría y mucho menos en la práctica.

Con el pasar de las décadas se puede afirmar, por ser generosos, que en el concepto general de medio ambiente nuestra sociedad ha evolucionado e incorporado pautas respetuosas con nuestros hábitats naturales. ¿Hemos ‘mejorado’? Es evidente, aunque visto lo visto –y no sé yo si soy muy riguroso-, me da que aún seguimos con el aprobado “raspado” en nuestra implicación con la salud medioambiental de nuestras Islas.

Recuerdo trabajar en la incipiente divulgación medioambiental con el ex consejero Lorenzo Dorta, para el Cabildo de Tenerife. Era un adelantado y las novedosas informaciones se proyectaban a través de una página semanal que se publicaba en El Día --casa periodística en la que me curtí-. Entonces manejaba datos y términos que, insisto, sonaban poco menos que a “La guerra de las galaxias”.

Desde la Universidad de La Laguna o el Instituto Español de Oceanografía detectaba también acciones de profesores e investigadores que se adentraban en la búsqueda de patrones para el control del medio natural, en disciplinas como la Ecología de la Facultad de Biológicas.

Curiosamente disfrutaba ratos que pasaba con los avances de la tesis doctoral de mi hermano, que se puso a la labor de identificar los microorganismos y seres de los intermareales canarios como detectores de la contaminación. Muy interesante.

He de afirmar, por tanto, que el medio ambiente siempre fue punta de lanza de mi interés personal y periodístico en múltiples reportajes y entrevistas, de tal forma que luego estaría presente en la especialidad que arropé entre mis conocimientos: la gastronomía y la restauración.

Hoy se entienda quizá con más nitidez el término de sostenibilidad. Sostenibilidad medioambiental (que también tendríamos que referirnos a la económica y la social). 

Por ejemplo, sostenibilidad o sustentabilidad en ecología describe cómo los sistemas biológicos se mantienen productivos con el transcurso del tiempo. Se refiere al equilibrio de una especie con los recursos de su entorno; por extensión se aplica a la explotación de un recurso por debajo del límite de renovación de éstos.

Así pues, entendemos bien si algo resulta insostenible –los límites que no se pueden traspasar- en cualquier contexto y más aún si de ello depende la vida en el planeta.

En los últimos años, en mi especialidad de la Gastronomía, subrayo a menudo lo de producto local y cocina sostenible. Como lo del medio ambiente o entero, algunos-as no le ven la relación a la cocina y sostenible. Les animo a tirar de un ovillo de ideas muy simple: ‘desperdicios cero’ y bajo ningún concepto. Por ahí podemos empezar.

De ahí vendrá todo lo demás: cosas buenas, como exclama mi sobrina pequeña. Voluntades comunes hacia objetivos que, asimismo, están interconectadas: aire limpio, salvaguarda de los paisajes, eficaz clasificación de los espacios naturales, turismo más implicado con la defensa de los parajes y agua de sobra,…

Como advertí, mi debilidad es la cocina y la restauración (el sector primario y las culturas vitivinícolas) y desde hace ya tiempo las personas influyentes en estos mundos han dado el “sí” a su contribución por un cambio tajante en la defensa de nuestro hábitat. Todo ello centrado en la gastronomía circular y que se plasme en el cambio que se está produciendo en las cocinas y que tiende hacia la digitalización y la citada sostenibilidad.

“Es el momento de empezar a soñar con huertos en el mar y hacer más sostenible la producción” –Ángel León (Aponiente, Cádiz)-; Joan Roca (El Celler de Can Roca, Girona) ha investigado en secuencia de platos creados a partir del aprovechamiento de la hoja del pimiento.

El último paso en el reaprovechamiento tiene que ver con la vestimenta. Mediante ‘Ropa Recicla’, convierten el poco plástico que entra en el restaurante en la ropa de trabajo de toda la plantilla.

Comencé mi andadura profesional mirando al medio ambiente, una mirada que siempre estuvo ahí y que ahora Atlántico Hoy, en su renovada etapa periodística, proyecta con estos artículos que dedicaré a temáticas tan relevantes como apasionantes.

“El autoconsumo fotovoltaico es una solución viable, fiable y rentable para reducir la huella de carbono. Ya no podemos quedarnos de brazos cruzados, hay que actuar ya para hacer frente a la emergencia climática, el mayor reto al que nos enfrentamos como sociedad”. Valga la idea expuesta en Tenerife de Miguel A. Torres, presidente de Familia Torres, acerca del esfuerzo y todo un ejemplo de lo que supone el respeto a la vitivinicultura y a los recursos  que nos brinda la tierra en general.

Cabe subrayar que, en la actualidad, Familia Torres tiene más de 1 MW de potencia fotovoltaica instalada y cubre el 25% de sus necesidades energéticas de su bodega del Penedès con fuentes renovables.

Francisco Belín González