Opinión

El metaverso. Una primera aproximación

Emprendedor y empresario

Guardar

El mundo ha comenzado a poner sus ojos con interés en el metaverso a raíz de anuncios como el del octubre pasado, cuando Mark Zuckerberg, fundador y director ejecutivo del conglomerado Facebook -que Instagram y WhatsApp- anunció que el grupo pasaba a nombrarse Meta con el objetivo de reflejar su enfoque en la construcción del metaverso, o noticias como la compra de una parcela digital en Decentraland, una de las mayores plataformas de realidad virtual a día de hoy, por un precio aproximado de unos 3.5 millones de dólares.

Pero vayamos al inicio y preguntémonos, ¿qué es el metaverso? Pues bien, podríamos definirlo como una extensión digital del mundo físico a través de las redes sociales, la realidad virtual y las funciones de realidad aumentada. Dicho así, muchos nos quedaremos igual que estábamos. Es absolutamente imposible hacer una aproximación a la definición o a las implicaciones de este mundo virtual en un solo artículo, por lo que esta pieza va a ser una primera aproximación al tema, que intentaré ir desarrollando y ramificando en posteriores publicaciones.

Historia de internet

Para empezar a hablar de un tema siempre he creído que es bueno conocer la historia de dónde venimos y el contexto. Algo conocido para entender mejor lo desconocido.

A lo largo de la historia de internet hemos pasado por la web 1.0, la prehistoria de internet, aquellas páginas estáticas en las que se ponía información como una especie de tablón de anuncios, pero en la que no podíamos interactuar con dicha información.

De ahí pasamos a la web 2.0, que es el auge de las redes sociales y de la interacción del consumidor con la información que existe en la web y en la que el propio usuario se convierte en generador de contenido sin necesidad de crear un portal web, sino a través de perfiles en redes sociales.

Desde un perfil de Facebook, Twitter o incluso un podcast, que emite información y opiniones sobre temas específicos que nos puedan interesar (economía, fútbol, moda, emprendimiento… lo que sea) y sobre el cual podemos interactuar comentando o reaccionando; pasando por influencers que nos muestran estilos de vida y la generación de contenido audiovisual editado, a través sobre todo de Instagram, YouTube o TikTok; y las últimas en llegar, nuevas formas de entretenimiento enfocadas sobre todo a los más jóvenes y relacionadas normalmente con videojuegos (aunque no exclusivamente) en Twitch, la aplicación de directos o streaming más conocida. Plataforma en la que España es una de las mayores potencias mundiales, con 4 streamers entre los 10 mas seguidos del mundo con alrededor de 10 millones de seguidores y audiencias cada día que pueden rondar el millón de espectadores.

Pues bien, desde hace unos años andamos inmersos en el auge de la web 3.0, un concepto amplio que combina el uso de algoritmos por las plataformas para personalizar el contenido (y la publicidad) al perfil del usuario, la utilización de la tecnología blockchain (muy conocida por las criptomonedas, pero que su uso no se circunscribe solamente a estas) y las nuevas experiencias basadas en realidad virtual, la realidad aumentada y las gafas inteligentes.

Volviendo al metaverso

Hacia dónde va a evolucionar este metaverso es algo que desconocemos, pero todas las grandes empresas del mundo (desde bancos a inmobiliarias, pasando por fondos de inversión, es decir, no solo las empresas tecnológicas) están desarrollando departamentos exclusivamente dedicados a la implementación de esta materia en sus empresas.

Y es que esto no solo va de videojuegos más interactivos y realistas o de entretenimiento puro y duro. Esto pasa por una nueva forma de teletrabajo con reuniones presenciales en las que cada uno está en su casa, gracias a las gafas de realidad virtual, hasta por una nueva forma de entender el urbanismo, ya que este universo paralelo está ayudando a ahorrar mucho dinero a las ciudades, creando localidades gemelas en el mundo virtual y que, en base a los modelos algorítmicos, predicen como se comportará el mundo real.

Suena a ciencia ficción, pero en Shanghai se ha invertido en aplicar estas urbes virtuales para solucionar problemas del mundo real y así planificar su futuro.

Como les digo, sé que suena a ciencia ficción y a algo que, de ocurrir, ocurrirá en 50 años, pero les recuerdo que el primer iPhone fue lanzado en 2007, hace 15 años. Las revoluciones digitales ocurren mucho más rápido de lo que pensamos y sobre todo de lo que percibimos por su carácter progresivo.

Precisamente de Guy Kawasaki, exdirectivo de Apple, dejo la cita de hoy: "No os quedéis estancados. Todo, absolutamente todo, se puede mejorar. Nadie sabe en qué dirección, o en qué sentido, pero si continúas quejándote y conformándote, te será muy difícil ser innovador o creativo."