Amigo...vaya sapo tiene que tragarse el Presi Ángel Víctor Torres, de esos bien gordos y mofletudos. Verse al lado de la ministra Canaria, Carolina Darias, de la compañera Darias, y escuchar que “la Administración del Estado está muy coordinada respecto al problema de la inmigración”. Aguantar el tipo y tragarte el batracio, para no mandarla a tomar por donde cargan los camiones, es de buena gente.

Y luego me pregunta alguno/a por que me refiero a Torres con aquello del “bueno del Presi Ángel Víctor”. Si no, que le pregunten a su compañero de partido, el presidente del Cabildo Majorero, Blas Acosta, que poco mas o menos, llamó inútil e incompetente al ministro de Migración, el tal Escrivá (el de la “agenda holgada”), cuando estuvo hace días en Las Islas.

Torres tuvo embucharse el sapo más aún, cuando oyó que el Estado trabaja día y noche para crear corredores de devolución para los inmigrantes y que España espera tener en breve una respuesta de los países de procedencia. Manda pirindolos. ¿Será como los corredores seguros para los turistas, que se llevan negociando meses y meses sin respuesta alguna? Menos mal que el bueno del Presi tenía la cara tapada por la mascarilla y así no se veían los sapos y hasta culebras que le asomaban por la boca.

Los corredores, a este paso, se van a quedar en caminos de cabras porque a ningún país, origen de inmigrantes, quiere corredores. Corredores sí, pero solo de ida. Lo de la vuelta no se contempla en el manual de “aligerar la mochila”. Hacen la vista gorda para que las mafias los metan en cayucos, en barcos pirata y se los quiten de encima, y van a aceptar ahora el “paquete” de vuelta. Anda ya...

Y entonces, llegó la traca final. “La Comisión Canarias – Estado” ya no es necesaria”, dijo la ministra Darias, porque los importantes asuntos a abordar, boberías como la inmigración o la financiación, ya se resuelven en el día a día. ¡Ños! Toda una estrategia de trabajo bien estructurada: “Chacho tú tranquilo, con esos problemillas, te llamo por teléfono entre cortado y cortado y vamos arreglando ¿sí, Presi...?”. El sapo lo pensó sereno mirando a la compañera Darias: “prefiero ser tragado, que bailar una folía con estos al son del timple de Pedro Sánchez...”