Imagen de un camarero en la calle Cano / ATLÁNTICO HOY - MARCOS MORENO
Imagen de un camarero en la calle Cano / ATLÁNTICO HOY - MARCOS MORENO

Unos 15 camareros pueden perder su trabajo con la limitación de terrazas en la calle Cano

Los empresarios han anunciado que recurrirán la decisión del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria de reducir el número mesas

marcos moreno

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Miguel De la Rosa es uno de los propietarios de La Coqueta de Cano (Las Palmas de Gran Canaria). Como cada día, ultima los detalles para abrir al público su negocio. Bayeta en mano, limpia la barra a la par que coloca platos, vasos y cubiertos. A su derecha, una empleada adecenta la entrada al local mientras saca mesas a la calle para montar la terraza. La imagen, de aparente normalidad, puede verse trastocada la próxima semana.

Dentro de nueve días los hosteleros como él tendrán que recortar casi al 50% —si la situación no cambia— el número de sillas en el exterior tras la nueva norma municipal que busca dejar más espacios a los peatones en la calle Cano de la capital. “Entre 12 y 15 personas perderán su empleo”, afirma en declaraciones a Atlántico Hoy con un tono de decepción por lo que está a la vista.

Pérdida de facturación

El cálculo no es solo suyo. Otros empresarios de alrededor con los que pudo conversar este periódico coinciden con el análisis de que, como mínimo, cada restaurante tendrá que prescindir al menos de uno o dos según su tamaño y necesidades. Merece la pena resaltar que la nueva norma impulsada por el Ayuntamiento de la ciudad afecta a una decena de establecimientos.

“Es una medida desproporcionada” exclama De la Rosa, quien asegura que perderá en torno a un 30% o 40%. Considera que el Consistorio busca quitarse de encima la presión recibida por varios vecinos que denunciaron el ruido de la zona. “En todas las ciudades hay zonas de terrazas y aquí es ridículo”, expresa.

Imagen de una terraza en la calle Cano / ATLÁNTICO HOY - MARCOS MORENO
Imagen de una terraza en la calle Cano / ATLÁNTICO HOY - MARCOS MORENO

"Un poquito agresiva"

Comenta con tono irónico que una familia o un grupo de tres amigos no tendría la posibilidad de sentarse en la calle Cano. A la conversación se une otro de los afectados —que prefiere mantenerse en el anonimato— y resalta que la normativa le parece “un poquito agresiva”. “Traerá desempleo y va a disminuir la presencia de turistas”, apostilla con pesar. 

“Esto se va a convertir”, sostiene, “en una ciudad desértica”. “¿Qué más quieren que hagamos?”, se pregunta. De la Rosa lamenta que haya sido una imposición y subraya que están dispuestos a sentarse a hablar con el Ayuntamiento con la finalidad de buscar juntos una alternativa que beneficie a todas las partes.

Imagen de una terraza en la calle Cano / ATLÁNTICO HOY - MARCOS MORENO
Imagen de una terraza en la calle Cano / ATLÁNTICO HOY - MARCOS MORENO

"Inquina hacia la hostelería"

Indica que no entiende “esa inquina hacia la hostelería”. “Siempre hemos sido respetuosos con el descanso”, exclama. “Veremos si afloja la situación, de lo contrario tendremos que ir a los juzgados, hay que defenderse”, sentencia. El sentimiento de indignación e incertidumbre es generalizado en la calle Cano. 

La respuesta en los locales es —casi— siempre la misma: “Me parece una injusticia”. Es el caso de Leticia Negrín, empleada de Fish & Rice. Recuerda que la gente busca sentarse fuera y que los turistas pretenden disfrutar del buen tiempo. Tiene claro que en el local donde trabaja tendrán que despedir al camarero de terraza ante los perjuicios que puede acarrearles la medida.

"Es inviable"

Diego Cabrera, gerente de La Florinda, opina que con medidas así “parece que se están cargando la hostelería”. “Vamos a tener que reducir personal los que dependemos de la terraza, me parece una barbaridad”, desarrolla. “Es inviable, afecta a toda la calle”, afirma tras la barra. Fuera, uno de sus camareros, monta la terraza.

José Pedro Calvo, que también es propietario de uno de los locales, pero prefiere hablar como representante de la Asociación de Empresarios Zona Triana, lanza un mensaje de tranquilidad y dice que están peleando para que todo se solucione. “Este martes nos reunimos con la junta directiva de la asociación”, dice.

"Hay alternativas"

“Queremos hablar con el ayuntamiento para ver si hay alternativas”, dice. Quiere que se mantenga la singularidad de la calle Cano para ayudar a gestionar mejor. Recalca la misma idea de sus compañeros sobre que se tendrán que producir despidos. “Hay alternativas para la convivencia de todos, incluso viandantes y servicios de emergencia”, afirma. 

El Ayuntamiento explicó hace unas semanas que la finalidad era regular la colocación del mobiliario ligado a la restauración y el ocio sin comprometer la movilidad de los peatones. En total, solo 102,40 metros cuadrados de los 1.388,80 m² que conforman la calle estarán destinados a terrazas.

De esta manera buscar respetar los límites establecidos por la Ordenanza Municipal, que impide superar el 50% de ocupación ni comprometer la superficie libre para los viandantes. La calle Cano, de unos 230 metros de longitud, conecta importantes arterias de la ciudad como la calle Triana y General Bravo, con intersecciones en vías relevantes como Torres, Travieso o Villavicencio.