El agua y el paso del tiempo desfiguran la fuente de Espíritu Santo en Vegueta. / AH
El agua y el paso del tiempo desfiguran la fuente de Espíritu Santo en Vegueta. / AH

El agua y el paso del tiempo desfiguran la fuente de Espíritu Santo en Vegueta

La emblemática obra de Manuel Ponce de León, una de las pocas fuentes cubiertas del arte hispánico, sufre daños estructurales | Expertos reclaman su rehabilitación y la reposición de la blanca paloma original

Martín Alonso

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Miércoles. Primera hora de la mañana. Por la calles de Vegueta sólo se dejan ver familias que acompañan a los más pequeños de la casa a los colegios de la zona, trabajadores del servicio de limpieza municipal, algún pensionista camino del Mercado, gente que pasea al perro y abogados, fiscales y jueces que buscan la Ciudad de la Justicia. La escena, al llegar a la Plaza del Espíritu Santo, da paso a otra realidad. Horas antes, algún bípedo —los papeles manchados en el lugar del crimen delatan la mano humana— debió pensar que era buena idea evacuar en las losetas sobre las que se leventa uno de los monumentos de la ciudad más fotografiados por turistas e instagramers: la fuente que diseñó Manuel Ponce de León en el siglo XIX y que ahora, dos siglos después, empieza a desfigurarse por el paso del tiempo y la erosión del agua.

Los daños se concentran en las columnas y en los arcos del tapete, un elemento que constituye la seña de identidad de esta fuente única —por ser una de las escasas fuentes cubiertas de la arquitectura hispánica—. Varias de las piedras presentan grietas, pérdida de material y signos de desgaste que amenazan la estabilidad estética y estructural del conjunto. El deterioro, advierten los historiadores, no es solo superficial, ya que la humedad prolongada ha afectado a zonas claves del soporte, agravando el problema con el paso de los años.

Actuación urgente

Ante esta situación, expertos en patrimonio y estudiosos de la obra de Ponce de León consultados por este periódico piden a las administraciones públicas una actuación urgente de rehabilitación, no solo para frenar el daño, sino también para recuperar la integridad original del templete. La intervención, subrayan, debería incluir la reposición de la blanca paloma que presidía el conjunto y que simbolizaba al Espíritu Santo, desaparecida hace tiempo del centro del tapete.

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Uno de los caños por los que sale agua en la fuente de Espíritu Santo. / AH

Esa recuperación sería posible gracias al molde original que empleó Ponce de León, que tras su fallecimiento fue donado al Museo Canario. Años después, el molde fue vendido a una familia grancanaria, que ha manifestado su disposición a cederlo temporalmente para la reproducción de una nueva pieza. La propuesta contempla realizar la copia en marmolina, un material mucho más resistente que el yeso con el que se elaboró la figura original, garantizando así su durabilidad y protección frente a la intemperie.

Además, la legislación patrimonial española permite considerar una reproducción como pieza original siempre que sea una de las diez primeras copias realizadas a partir del molde original, lo que daría legitimidad artística y legal a esta intervención.

Valor histórico

La Plaza del Espíritu Santo posee un valor histórico que trasciende lo monumental. Fue el kilómetro cero y punto de partida de la antigua red de aguas de la Isla, una infraestructura esencial en la modernización de la ciudad. En su entorno crecen un drago y una araucaria, que simbolizan el hermanamiento entre Canarias y América, y a su alrededor se levantan la ermita del siglo XVII y las casonas señoriales que componen uno de los paisajes más emblemáticos del casco antiguo capitalino.

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Fuente de Espíritu Santo. / AH

Durante décadas, este rincón ha servido como escenario de representaciones teatrales y como marco del Vía Crucis del Santísimo Cristo del Buen Fin en la Semana Santa capitalina, consolidándose como un espacio de memoria colectiva, espiritualidad y arte urbano.

Hoy, el templete de Ponce de León resiste el paso del tiempo con visibles señales de agotamiento, pero también con la esperanza de ser restaurado. La rehabilitación de la fuente del Espíritu Santo no solo devolvería el esplendor a una de las joyas más delicadas del patrimonio de Vegueta, sino que también reafirmaría el compromiso de la ciudad con su historia, su identidad y su legado artístico.