La calle puede parecer como cualquier otra. Gente caminando, escaparates discretos, edificios impersonales. Pero a veces, lo más exclusivo se esconde a plena vista. Basta con saber mirar... o con tener la clave secreta adecuada. En una ciudad de Canarias donde abundan los locales modernos y las terrazas animadas, este rincón oculto destaca por todo lo contrario: por ser invisible, misterioso, selecto.
No hay cartel. No hay timbre. No hay lista de espera. Para entrar en este bar clandestino de Canarias, hay que conocer a alguien que ya haya pasado por allí. Porque la única manera de atravesar su puerta es tener el código que se introduce en una cerradura poco llamativa. Una contraseña que circula de boca en boca entre quienes saben disfrutar de una buena conversación con un cóctel de autor en la mano.
Mizu Club, solo por código
Se trata de Mizu Club, un local oculto en Las Palmas de Gran Canaria que ha reinventado la noche con un enfoque totalmente distinto: discreción, exclusividad y elegancia. Inspirado en los speakeasy neoyorquinos de la Ley Seca, el acceso se realiza únicamente mediante invitación privada o con la clave secreta que da acceso al interior.
El espacio es íntimo: luces tenues, maderas oscuras, una barra elegante donde los cócteles se elaboran con precisión casi ritual. No hay redes sociales activas, ni promociones visibles. El encanto reside precisamente en eso: en no estar al alcance de cualquiera. Es un club reservado para quienes valoran la experiencia completa, el ambiente cuidado y el trato exclusivo.
De Japón al secreto
Detrás de este concepto está Teresa Moon, una emprendedora con una trayectoria fascinante. Viajó por medio mundo antes de aterrizar en la capital grancanaria y abrir, junto a su pareja, El Bento Japonés, un pequeño restaurante Omakase en la calle Isla de Cuba que solo cuenta con cuatro mesas y que aún hoy se considera uno de los japoneses más recomendables de la isla.
El éxito del Bento no fue el final del viaje. Fue el primer paso hacia una propuesta más ambiciosa y oculta: crear un espacio secreto donde la creatividad, la gastronomía y la coctelería se unieran en una experiencia envolvente. Así nació Mizu Club, el lugar donde los elegidos brindan bajo susurros y música suave.
Exclusividad sin artificios
Quienes han estado, lo recomiendan como si se tratara de un secreto valioso. Quienes no, simplemente no saben que existe. Y así seguirá siendo: un club clandestino en Canarias que no busca la fama, sino a quienes saben apreciarlo.