Los bares son instituciones para aquellos que disfrutan de buenos momentos en ellos junto a su comida y bebida. Y en Gran Canaria saben mucho de esto, sobre todo en El Perola. Ubicado en Agaete, este bar forma parte del patrimonio histórico de la isla porque, con sus más de 150 años, entrar en este lugar es como viajar al pasado.
Ha mantenido la misma estructura y el mismo diseño durante todos estos años. Por eso, al entrar en El Perola podría parecer que hasta las botellas de vidrio de sus estanterías pueden contar una historia.
Un ritual
Dentro de El Perola hay un extraño ritual que sigue y seguirá realizándose hasta el final de sus días. Viene desde su antiguo dueño y el actual, José Juan Domínguez Dámaso (o Pepe el Perola), sigue repitiéndolo. Y es que las cascaras de los manises que se comen dentro se tiran al suelo porque su antiguo dueño decía que estas eran un buen serrín para barrer mejor el suelo.
En El Perola no habrá platos modernos, pero hay historia y tradición. Su carta sigue intacta con platos que han perdurado a lo largo de los años: queso, ropa vieja, albóndigas, papas con berberechos, carne de cerdo y conejo.
