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Cuenta atrás en Triana para rescatar un caserón histórico del siglo XVII cerrado desde hace 45 años. / AH

Cuenta atrás en Triana para rescatar un caserón histórico del siglo XVII cerrado desde hace 45 años

La promotora activa los trámites iniciales para transformar el inmueble de Torres y Cano, cerrado desde 1980, integrando la fachada protegida y devolviendo actividad residencial y comercial al casco histórico

El histórico caserón situado en la confluencia de las calles Torres y Cano, en pleno corazón de Triana, comienza a salir del abandono tras 45 años cerrado. La promotora Arencibia y Cuyás Comunidad de Bienes ha iniciado los primeros movimientos administrativos y técnicos para poner en marcha la rehabilitación de este inmueble de origen siglo XVII, una de las edificaciones más antiguas que se conservan en el barrio.

El proyecto, firmado por el arquitecto Ancor Monzón (Moba Show Room), supone un paso decisivo para desbloquear una actuación largamente esperada en una parcela —de 235 metros cuadrados— que durante décadas ha sido una herida urbana y un foco de insalubridad en una de las zonas peatonales más transitadas de Las Palmas de Gran Canaria. El edificio permanece vallado desde hace años y su estado de ruina se agravó tras el incendio de 2005, que marcó definitivamente su deterioro.

Plan de protección

La intervención se apoya en una propuesta ya validada en el ámbito patrimonial, que obliga a conservar e integrar la fachada original de la calle Cano, protegida por el Plan Especial de Protección de Vegueta-Triana (PEP) por su valor arquitectónico anterior a 1800. Esa fachada, muy deteriorada, deberá ser reconstruida respetando sus elementos singulares, entre ellos el pequeño balcón tradicional y la alineación de gárgolas de cañón recogidas en el catálogo municipal.

El resto del inmueble será demolido debido a su mal estado estructural. En su lugar se levantará un nuevo edificio que armoniza criterios contemporáneos con la estética del casco histórico, tal y como exige la normativa municipal. El conjunto albergará un local comercial en la planta baja y hasta cuatro viviendas en las dos superiores, con una altura que superará ligeramente la fachada protegida mediante un retranqueo, solución habitual en este tipo de actuaciones en entornos históricos.

Proyecto 

27 años de litigio

La actuación permitirá además recomponer el frente urbano de la calle Torres, prácticamente desaparecido, y cerrar uno de los vacíos más visibles del entramado histórico de Triana. La nueva fachada se proyecta con acabados sobrios, enfoscados tradicionales y carpinterías claras, en coherencia con el entorno protegido.

El camino hasta este punto ha sido especialmente largo. El caserón lleva en ruinas desde 1980 y fue objeto de un litigio de 27 años entre la propiedad y el Ayuntamiento, que defendió su valor histórico frente a los intentos de derribo total. Pese a su estado actual, se trata de una de las pocas edificaciones del siglo XVII que sobreviven en Triana, lo que explica el estricto control patrimonial de la intervención.

Con estos primeros pasos impulsados por Arencibia y Cuyás Comunidad de Bienes y el proyecto de Ancor Monzón, Triana empieza a vislumbrar el final de décadas de abandono y la recuperación de una pieza clave de su memoria urbana, pendiente ahora del avance definitivo de la tramitación urbanística y patrimonial.