El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria se encuentra a la espera de que la panadería Miguel Díaz, un establecimiento centenario ubicado en el barrio de Triana, presente la documentación necesaria para legalizar su actividad y poder reabrir al público, dentro de la normativa.
La alcaldesa, Carolina Darias, explicó este martes que la decisión de cierre se tomó tras una denuncia presentada por una comunidad de propietarios, que alertó sobre la emisión de hollín y ceniza desde el obrador situado en la calle Viera y Clavijo.
Sin licencia
A raíz de esta queja, técnicos municipales inspeccionaron el local y constataron que, pese a su larga trayectoria —la panadería abrió sus puertas en 1920—, carecía de la licencia que acredita la seguridad y legalidad de sus instalaciones industriales.
“Fue una sorpresa”, reconoció Darias, quien subrayó que dicho permiso “certifica la seguridad de la instalación”, por lo que sin él “no es posible continuar con la actividad”.
Dentro de lo legal
La regidora lamentó la situación, aunque insistió en que “la legalidad es de obligado cumplimiento en todas las instalaciones comerciales, máxime en una instalación industrial que requiere además de unas condiciones de seguridad imprescindibles”.
Darias aseguró que el Consistorio está “dispuesto y a la espera” de que los propietarios presenten la solicitud de regularización y el proyecto técnico correspondiente, con el fin de “legalizar todo aquello que sea legalizable”. Pues hay que tener en cuenta que la actividad industrial no está permitida en zona residencial, por lo que la pandería solo podría seguir funcionando como punto de venta.
Asimismo, adelantó que, una vez se entregue la documentación, “será atendida por parte del Ayuntamiento y los técnicos municipales para establecer las condiciones necesarias que permitan su reapertura”.