El vaivén de las palmeras fue una de las imágenes que ha dejado la borrasca Emilia en Las Palmas de Gran Canaria, junto a las hojas desprendidas ocupando las carreteras y algún que otro tronco partido. Según ha informado la concejalía de Parques y Jardines del Ayuntamiento capitalino, 22 palmeras cayeron durante el temporal.
Aunque el palmeral de la ciudad tiene un “mantenimiento habitual”, Parques y Jardines afirma que no se realizó una revisión preventiva ante el episodio de vientos y lluvia. Desde la concejalía, se expone que el estado vulnerable de la mayoría de los ejemplares se debe a una plaga que “no tiene un tratamiento efectivo por ahora”.
Plaga de diocalandra en las palmeras
En la ciudad hay 24.403 palmeras registradas, otras se encuentran en espacios privados o bajo la competencia de otras administraciones, como el Cabildo de Gran Canaria o el Gobierno de Canarias. La mayoría de ellas, se trata de palmera canaria (Phoenix canariensis), con 14.136 ejemplares, seguida de la Washingtonia, con 7.300. Y es precisamente la especie más emblemática la que más preocupa.
Parques y Jardines reconoce que el principal problema estructural de la palmera canaria es la plaga de la diocalandra, un pequeño insecto que afecta “prácticamente a la totalidad de los ejemplares”. Según explica la concejalía, esta plaga perfora hojas y troncos, debilitando la estructura de la palmera y facilitando la entrada de patógenos incurables.
El resultado es visible a simple vista: hojas caídas, pegadas al tronco, copas descompensadas y ejemplares que se parten con mayor facilidad ante rachas de viento fuertes, como las registradas con Emilia.
Pasado el temporal habrá que revisar toda la zona de Altavista - Escaleritas y zonas arboladas de Ciudad Alta pic.twitter.com/BUdQoTB8VJ
— CONVIVESIGLOXXI (@convivesigloxxi) December 13, 2025
Mantenimiento previo
Desde Parques y Jardines insisten en que las palmeras municipales cuentan con mantenimiento habitual, que incluye poda y revisiones una vez al año. A este trabajo se suma el Plan de choque del arbolado urbano, con 550 revisiones extra a palmeras consideradas más delicadas, y tratamientos de endoterapia aplicados este año a 328 ejemplares.
Aún así, admiten que no existen revisiones específicas previas a episodios meteorológicos extraordinarios como borrascas, sino actuaciones posteriores una vez que el temporal ya ha pasado.
“Las revisiones se están realizando a posteriori”, explican desde el área municipal, detallando que los parques vallados se han ido reabriendo conforme se comprobaba que no había peligro para la ciudadanía. Espacios como el parque Doramas o Buenavista permanecen todavía cerrados, a la espera de completar las inspecciones de seguridad.
Debate de la poda
A pesar de lo que se pueda pensar, el Ayuntamiento insiste en que una poda excesiva o con más regularidad no es la solución para estos casos, ya que puede debilitar aún más a las palmeras, causándoles heridas y favoreciendo la entrada de enfermedades.
De hecho, una palmera canaria sana se caracteriza por una copa de efecto más bien esférico, con las hojas nuevas y antiguas unidas, aunque en “en la ciudad muchas veces no puede dejarse así por la convivencia con otros elementos o por los efectos de la plaga”, explican desde la concejalía.

El futuro de las palmeras
Con Emilia ya lejos de las islas, a la ciudad le toca limpiar, retirar los restos de árboles y palmeras, así como revisar y evaluar el arbolado, en un contexto en el que el estado de salud de las palmeras no les ha ayudado a afrontar un fenómeno meteorológico tan intenso.
Queda ver si se llega a encontrar un tratamiento efectivo para esta plaga que acecha a uno de los emblemas de la capital y si el plan de choque y atención contribuye a refortalecer el palmeral a largo plazo, sobre todo para enfrentarse a otra posible borrasca de este calibre.