La hostelería vive momentos convulsos en Las Palmas de Gran Canaria. La limitación de terrazas en la calle Cano y la herida que aún sigue abierta en Joaquín Costa tiene preocupados a los empresarios del sector por las consecuencias que puede acarrear para sus negocios las decisiones que ha tomado el Ayuntamiento capitalino. Movimientos que no han sido arbitrarios, sino a raíz de diversas quejas vecinales que han llegado a los tribunales.
El Consistorio avisó a los locales ubicados en Joaquín Costa que debían cerrar más pronto, así como crear un mapa del ruido porque residentes de los alrededores denunciaron las consecuencias que el barullo diario tenía sobre la calidad de su descanso y ganaron el procedimiento judicial. Con el tiempo, el Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) tumbó las medidas de la corporación municipal porque no se ajustaron a la ley.
"Nos da esperanza"
Es un precedente al que se agarran ahora los hosteleros de Triana ante la limitación de terrazas en la calle Cano, donde el número de mesas y sillas tendrá que disminuir con el objetivo de proteger al peatón —aunque, en realidad, todo parte también de otras denuncias vecinales—. Esperan que ocurra lo mismo porque el caso de Joaquín Costa les resulta muy familiar.
Aseguran que tampoco se pusieron en contacto con ellos para modificar la norma. “Nos da una esperanza de que lo paralicen”, afirma en declaraciones a Atlántico Hoy Marc Llobet, presidente de la Asociación de Empresarios Zona Triana. Aunque admite que es un procedimiento “desgastante” al tener que dedicar tantos recursos para luchar por lo que consideran justo.
Ley del Ruido
Indica que la posibilidad de recurrir —como adelantó este periódico— sigue en pie y lo están consultando con sus abogados. La razón por la que el TSJC decidió tumbar las medidas del Ayuntamiento en Joaquín Costa es porque el Consistorio incumplió con las obligaciones de la Ley del Ruido: no puso en marcha un trámite de información pública de un mes, por lo que los negocios jamás tuvieron la posibilidad de presentar alegaciones.
Es una situación que ha cambiado. La corporación municipal ha activado, según informa Canarias7, un nuevo procedimiento con la finalidad de atenerse a la normativa y a la sentencia emitida por el Tribunal Superior de Justicia de Canarias. Todo este escenario es lo que da esperanza a los dueños de los restaurantes de la calle Cano ante la posibilidad de que ocurra algo parecido.
Presentar alegaciones
“Ahora lo que ha hecho el ayuntamiento es hacer las cosas correctamente y permitir que presenten alegaciones. Nuestra reivindicación es que hoy se trata de Cano y en otro momento ha sido en Joaquín Costa, pero es que en cualquier calle de la ciudad puede suceder”, relata Llobet.
Pide que haya conciliación y un proceso para alcanzar acuerdos porque las consecuencias pueden ser importantes al tratarse de pequeños empresarios autónomos, “no son grandes compañías”. “Esto es bastante desgarrador para la actividad de toda la zona”, apostilla. Sin ir más lejos, hasta 15 camareros podrían perder su empleo si el número de mesas en las terrazas disminuye.
Plazo vencido
Aún siguen a la espera de conocer exactamente cuáles serán las nuevas disposiciones de las terrazas porque este lunes se vencía el plazo para cumplir con la nueva norma. Los empresarios de Triana no son los únicos que se han pronunciado sobre el conflicto en ambas vías de la ciudad, también lo ha hecho la Asociación de Restauración de Gran Canaria.
Este lunes emitieron un comunicado en el que consideran que “la solución no pasa solo por la vía de limitar los horarios a las 22.00h de la noche o reducir espacios” a pesar de que para la Asociación prima “el derecho al descanso de los vecinos y la conciliación en el uso del espacio”.
"Existen medidas"
“En calles como Cano, el rodamiento del mobiliario de las terrazas, puede dar cabida a las exigencias de paso de tránsito tanto para las personas invidentes o con movilidad reducida, como también para los vehículos de emergencias. Por otro lado, establecer ciertas calles de evacuación, etc”, exponen.
“En el caso de las calles Joaquín Costa y alrededores, la limitación de horario para los restaurantes y bares, que dan cenas, almuerzos y copas de sobremesa, no consideramos que sea la única solución. Existen medidas para evitar si fuera necesario el ruido ambiental”, prosiguen.
Despidos
Ponen sobre la mesa que existen cierres parciales de terraza, como ya ocurre en algunas zonas de la capital o, por ejemplo, ayudas para la insonorización de los afectados. “En cualquiera de los casos, el alcance de estas medidas está suponiendo la inviabilidad de ciertos negocios, donde a la pérdida de la funcionalidad de la terraza, se suman los despidos con las consecuentes indemnizaciones de sus trabajadores”, reflexionan.
Sostienen que creen en el diálogo, en propuestas que puedan satisfacer a todas las partes implicadas, en la responsabilidad de los profesionales que ejercen la restauración, y en la empatía de aquellos que hacen uso de estos espacios. “No hay duda de que estas medidas tan estrictas afectan no solo a la buena salud de los negocios, sino también a la imagen que se proyecta de la ciudad”, sentencian.
