La Fiscalía ha cerrado la investigación sobre los vertidos en el barranco del Guiniguada y ha decidido archivar la denuncia al no ver indicios de delito contra el medioambiente.
El caso se abrió en marzo, cuando un vecino denunció la acumulación de basuras —como cauchos de parques, colchones, muebles, restos de poda y electrodomésticos— y la presencia de vertidos de agua en la zona del barranco situada bajo la GC-110. La denuncia advertía, además, de un riesgo para barrios cercanos como San Nicolás, San Roque y Arenales en caso de lluvias fuertes.
Sin daños graves
Tras la investigación, la Fiscalía concluye que los vertidos sólidos — o sea la basura — no han provocado daños graves en el medio ambiente ni en el acuífero, requisito necesario para que los hechos se consideren un delito. Además, señala que es imposible identificar a los responsables de esos vertidos, ya que se atribuyen a actos incívicos de particulares.
En cuanto a los vertidos de agua, los informes del Consejo Insular de Aguas aclaran que no eran aguas residuales, sino depuradas, y que se canalizan por conducciones impermeabilizadas que funcionan como desagües. Por ello, no suponen un riesgo para el acuífero. El mismo informe señala que tampoco se detectaron fugas en la tubería de rechazo de desaladoras privadas presentes en el área.
Responsabilidad del Ayuntamiento
Aun así, la Fiscalía recuerda que la limpieza de la zona sí es responsabilidad del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. El documento recoge que el consistorio, a través de la empresa Emalsa, ya actuó en junio retirando los residuos y colocando una cadena para impedir el acceso de vehículos al cauce.
La decisión de la Fiscalía no cierra del todo la vía judicial. A pesar de que se archive el caso, el Ministerio Público también apunta que el denunciante puede acudir ante el Juzgado de Instrucción competente para insistir en su caso.
Peligro medioambiental
La denuncia archivada insistía en que la acumulación de residuos estaba alterando el hábitat natural y ponía en peligro la biodiversidad del entorno. El Guiniguada, considerado un símbolo natural e histórico de la capital, alberga más de 80 especies endémicas y protegidas, como el lagarto gigante de Gran Canaria, el búho chico o la abubilla.
Además, la denuncia señalaba la existencia de una rampa de hormigón ilegal que facilitaba la entrada de vehículos al cauce y bloqueaba parcialmente el sistema subterráneo de desagüe, diseñado para canalizar grandes volúmenes de agua en episodios de lluvia.