El nuevo centro de salud de Alcaravaneras y Canalejas, previsto en la grada naciente del Estadio Insular, lleva sobre la mesa desde 2018. Fue entonces cuando el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria planteó la idea al Servicio Canario de la Salud (SCS), con el objetivo de descongestionar los centros sanitarios del entorno.
La propuesta incluía la cesión del suelo por parte del Cabildo y la construcción de una infraestructura sanitaria moderna, que incluya tanto Atención Primaria como una Unidad de Salud Mental Infantojuvenil. Sin embargo, siete años después, las obras ni siquiera han comenzado.
Cesión firmada en 2023
El primer paso formal llegó en abril de 2023, cuando el Cabildo de Gran Canaria autorizó al SCS a ocupar 2.316 metros cuadrados de la grada naciente, de forma gratuita y por un plazo de 30 años. El objetivo: levantar un centro de salud moderno con accesibilidad directa desde la calle Pío XII.
No obstante, la parcela aún mantiene su calificación urbanística como dotación deportiva, lo que impide cualquier actuación hasta que el Ayuntamiento modifique el Plan General.
Cambio urbanístico pendiente
Fuentes del Cabildo consultadas por este periódico reconocen que el proyecto está encallado porque “no puede ejecutarse nada mientras no se cambie la naturaleza jurídica del suelo”, que figura todavía como espacio destinado a uso deportivo.
Pese a que existe “una buena sintonía técnica” entre el Cabildo y la Concejalía de Urbanismo, dirigida por Mauricio Roque, la modificación del plan general requiere un procedimiento largo y complejo, sin plazos claros de resolución.
El futuro centro
La planificación del SCS contempla que el nuevo edificio albergue tanto consultas de Atención Primaria como una Unidad de Salud Mental para niños y adolescentes, muy demandada tras la pandemia. Este servicio sería el primero con estas características en esta parte baja de la ciudad.
Además, entre 25.000 y 30.000 personas de los barrios de Alcaravaneras, Canalejas y zonas cercanas se beneficiarían del nuevo centro, que permitiría reducir los desplazamientos al saturado centro de salud de Miller Bajo.
Plazos y riesgos
Aunque la cesión del suelo es por 30 años, el acuerdo incluye una cláusula que obliga al Servicio Canario de la Salud a cumplir el objetivo de la cesión en un plazo máximo de cinco años desde la firma del documento administrativo. Según fuentes del Cabildo, ese documento fue rubricado en abril de 2023, por lo que el margen se reduce ya a menos de tres años. Si no se ejecuta el proyecto en ese tiempo, el suelo podría revertir al Cabildo, aunque este escenario no ha sido confirmado oficialmente.

Sin apenas avances
Desde que se anunciara en 2018 hasta hoy, el proyecto ha cambiado de manos, ha pasado por varias instituciones y ha quedado enredado en procedimientos administrativos sin resolver. La última noticia oficial fue la firma de la cesión en 2023, pero desde entonces todo sigue parado.
Vecinos y colectivos sanitarios siguen esperando por una infraestructura que, según reconocen todas las partes, es tan necesaria como urgente.
Desde el SCS confirman que están a la espera de que se concluya la tramitación de la modificación del Plan General de Las Palmas de Gran Canaria, en la que debe delimitarse el uso sanitario de la parcela, así como la protección y conservación de la fachada de Pío XII. Una vez se disponga de los informes favorables, aseguran que podrán comenzar los trabajos previos y licitar el proyecto. El SCS recalca que se trata de una obra sanitaria prioritaria para Las Palmas de Gran Canaria.