El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, en colaboración con la Empresa Mixta de Agua de Las Palmas (Emalsa), ha presentado los resultados del sistema inteligente de saneamiento, una iniciativa que moderniza la red de transporte y tratamiento de aguas residuales en la ciudad. Este proyecto, que ha supuesto una inversión de 645.915 euros, mejora la eficiencia y sostenibilidad de la gestión hídrica municipal.
La alcaldesa, Carolina Darias, explicó que este avance tecnológico permite un control exhaustivo de la red, gracias a la instalación de dispositivos que monitorizan los flujos de agua, detectan fugas y optimizan los procesos de depuración. “Este sistema nos proporciona información en tiempo real para garantizar intervenciones rápidas y eficaces, mejorando la sostenibilidad de nuestras infraestructuras”, señaló Darias.
Control eficiente
El proyecto incluye una red de comunicaciones vinculada al Centro de Proceso de Datos (CPD) de Emalsa y una sala de control específica en Barranco Seco. Además, se han instalado sensores y dispositivos en puntos clave de la red para identificar anomalías y reducir la contaminación generada por las aguas residuales.

Este sistema contribuye a disminuir los vertidos al mar, controlar los malos olores y mejorar la reutilización de aguas regeneradas. Todo ello se integra en la estrategia LPA Inteligencia Azul y la Agenda Digital Municipal 2021-2025, reafirmando el compromiso de la ciudad con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Largo plazo
En el marco del Plan Estratégico del Ciclo Integral del Agua 2024-2033, desarrollado por el Ayuntamiento y Emalsa, se contempla una inversión de 857 millones de euros para renovar y ampliar las infraestructuras hidráulicas. Entre las actuaciones previstas, destaca la construcción de una nueva depuradora en la zona norte, la ampliación de la capacidad de desalación y la renovación de más de 600 kilómetros de la red de distribución.
Estas acciones buscan garantizar un suministro eficiente y sostenible, adaptado a las necesidades actuales y futuras del municipio. Además, en noviembre se actualizó el reglamento de abastecimiento, en vigor desde hace más de 40 años, junto con una nueva ordenanza de vertidos que promueve el consumo responsable.
900 kilómetros
El proyecto ha incluido una serie de intervenciones tecnológicas clave, como la instalación de 85 sensores y la configuración de 52 dispositivos de control para el monitoreo de los 900 kilómetros de red de saneamiento en 11 puntos de control situados en nueve ubicaciones estratégicas de la ciudad: la EDAR Barranco Seco, la EDAR Tamaraceite, la EDAR Tenoya, la EBAR Santa Catalina, la EBAR Negrín, la EBAR Teatro, el Barranco Jinámar, el Barranco Guiniguada y la Compuerta Luis Doreste Silva. Estas instalaciones permiten captar datos en tiempo real para garantizar un mayor control y seguridad.

Con esta apuesta por la digitalización y la sostenibilidad, Las Palmas de Gran Canaria se consolida como un referente en gestión ambiental, alineando innovación tecnológica y compromiso social para beneficio de sus ciudadanos.
