Enric Batlle, Carolina Darias y Flora Pescador, durante la presentación del proyecto Paseo de la Cultura y las Artes Canarias, que se ejecutará en el barranco del Guiniguada. / AH
Enric Batlle, Carolina Darias y Flora Pescador, durante la presentación del proyecto Paseo de la Cultura y las Artes Canarias, que se ejecutará en el barranco del Guiniguada. / AH

La pérdida de espacio público y los residuos hacen inviable destapar la desembocadura del Guiniguada

El futuro Paseo de la Cultura y las Artes Canarias apuesta por la movilidad sostenible, la renaturalización del barranco y la recuperación del agua como seña de identidad. Hay previsto un gran bosque y un parque botánico en una segunda actuación

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El proyecto AWA, ganador del concurso del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria para crear el Paseo de la Cultura y las Artes Canarias en el tramo final del barranco del Guiniguada, decidió no destapar su cauce por dos razones: la gran pérdida de espacio público y la gran cantidad de residuos que se generarían en la desembocadura, lo cual hace la iniciativa insostenible.

Así lo explicó el arquitecto Enric Batlle, que es socio fundador de Batlle i Roig, quien lidera el proyecto junto a la arquitecta canaria Flora Pescador y otros profesionales locales.

Según Batlle, levantar la losa que cubre el barranco sería "muy costoso económicamente" y  "generaría toneladas de residuos, lo que no es sostenible".

Más espacio público

Además del impacto ambiental y económico, el objetivo central del proyecto AWA es la "renaturalización sobre la canalización" para aumentar el espacio público y lograr una serie de metas que serían inviables si se destapa el cauce.

Entre esos objetivos destacan establecer la conexión entre las calles Terrero y Toril y los barrios de Vegueta y Triana; recuperar los puentes de Piedra y de Palo como zonas de esparcimiento ciudadano, y procurar "pocos derribos".

Transformar el caso histórico

Esta decisión permite a los arquitectos enfocarse en la movilidad sostenible y la recuperación del agua como protagonista del paisaje.

La primera fase de la actuación, que abarca 650 metros cuadrados entre la estatua de Benito Pérez Galdós y la calle Terrero, busca iniciar la "gran transformación" del casco histórico.

Por eso incluirá la creación de un pequeño bosque y zonas ajardinadas, un paseo central y una plaza polivalente con una gran pérgola entre el Teatro Pérez Galdós y el Mercado de Vegueta, piezas de agua y vegetación variada, con pavimento preparado para aprovechar el agua de lluvia, destacando que el Guiniguada es el "valle del agua".

Además, el "punto cero de la intervención" serán cuatro estatuas de las estaciones del Puente de Piedra.

El agua por tanto, volverá a formar parte del paisaje, convirtiendo al Guiniguada en el "valle del agua", que es como se le conocía antaño.

Darias

La alcaldesa, Carolina Darias (PSOE), ha iniciado las reuniones con las demás administraciones con competencias en la zona, ya que su intención es licitar este proyecto antes de que culmine su mandato.

“Llegar hasta aquí no ha sido fácil. Ha sido un proceso apasionante, de reflexión sobre lo que necesitaba este espacio de la ciudad, pero también un proceso laborioso, de elaboración de unas bases ajustadas a la legalidad vigente” y también ha supuesto “un trabajo conjunto entre las áreas municipales implicadas y los equipos técnicos participantes”, asegura la regidora.

Darias recuerda que la propuesta ‘AWA’ fue la más valorada en el concurso, tanto por la ciudadanía como por el jurado, destacando por su capacidad para reflejar la identidad de la ciudad.

“Es un proyecto que se amolda y recoge la identidad de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, una identidad asociada a ese gran anhelo colectivo que, durante tantos años, hemos tenido: la recuperación de este espacio para la ciudadanía, de un gran espacio que ahora cuenta con un gran proyecto”, añade la alcaldesa.

Oportunidad

Para el futuro, se proponen otras actuaciones como un gran bosque cerca del edificio del Rectorado de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y un parque botánico con paseo marítimo en la desembocadura, que permita el contacto con el mar.

Y es que la actuación se desarrollará sobre tres hectáreas de terreno (30.000 metros cuadrados). Actualmente es difícil de identificar como un conjunto todo ese espacio, pero representa “una oportunidad clave para la ciudad”, pues ofrece una gran posibilidad de transformación y reconversión urbana, explican los autores del proyecto.

“Puedes reconvertirlo y conferirle una nueva identidad, de hacerlo más verde, más biodiverso, de trabajar con el agua de forma diversa y, por tanto, ofrecer un nuevo espacio”, remacha Batlle.

Pescador define el proyecto como un paseo vivo organizado en torno a cuatro paisajes: un bosque, una zona con una jardinería muy intencionada; otro paseo que unirá los dos barrios donde se expondrá la cultura y el arte, y, por último, una plaza entre el mercado y el teatro que funcionará como espacio polivalente.