La organización KHEPRI ha anunciado la cancelación definitiva de su fiesta de Fin de Año a pocas horas de la celebración, después de varios días marcados por cambios de ubicación, quejas vecinales y la confirmación municipal de que la última sede anunciada no contaba con autorización.
El anuncio se ha realizado a través de un comunicado publicado en redes sociales, en el que el equipo organizador reconoce que, tras “luchar hasta el último momento”, ha optado por suspender el evento al no encontrar una solución viable que garantizara su celebración en condiciones adecuadas.
En el texto, KHEPRI explica que el proyecto nació hace cuatro meses “con muchísima ilusión” y con la intención de ofrecer una propuesta diferente para despedir el año. Sin embargo, admite que la combinación de trámites administrativos, presión mediática y circunstancias externas ha derivado en una situación que no han sabido reconducir a tiempo.
“Nada de esto fue nunca nuestra intención”, señala la organización, que insiste en que no ha actuado con mala fe y que su prioridad ha sido no perjudicar a las personas que confiaron en el evento.
El trasfondo administrativo
La fiesta había sido inicialmente vinculada a Santa Brígida y posteriormente anunciada en la discoteca Savana, en el Centro Comercial El Muelle de Las Palmas de Gran Canaria. El Ayuntamiento de la capital confirmó a este medio que esa ubicación no tenía autorización, ya que la documentación necesaria no se había solicitado en plazo, lo que impedía celebrar allí el evento.
Esta situación generó un aluvión de críticas en redes sociales por parte de asistentes, que reclamaban explicaciones claras y la devolución del dinero, mientras las entradas continuaban a la venta hasta pocas horas antes del anuncio de cancelación.
Devolución de las entradas
En su comunicado, KHEPRI asegura que se devolverá “hasta el último céntimo” de las entradas, incluidos los gastos de gestión y el IVA. La organización afirma que ya está en contacto con la plataforma de venta para tramitar una devolución íntegra, que se realizará “lo antes posible”, aunque de forma progresiva debido al volumen de operaciones.
El equipo organizador concluye pidiendo disculpas y lamentando profundamente que el proyecto termine de esta manera, subrayando que su intención nunca fue arruinar el Fin de Año de nadie, sino crear “algo bonito y especial” para despedir el año juntos.
El baile que nunca empezó
La cancelación deja al menos a 900 personas sin plan para la noche de Fin de Año y, de momento, también sin el dinero de sus entradas, tras una cadena de decisiones y cambios que comenzaron en Santa Brígida, donde el evento fue descartado por problemas de ubicación y aforo, y culminaron en Las Palmas de Gran Canaria, al anunciarse su traslado a la discoteca Savana, en El Muelle, un espacio que finalmente no contaba con los permisos necesarios para acoger la celebración.
Mientras se tramitan las devoluciones anunciadas por la organización, los asistentes afrontan la última noche del año con la incertidumbre generada por un evento que nunca llegó a consolidar una sede autorizada.