Sergio Armario conoce el Real Club Náutico de Gran Canaria porque hace deporte a diario en sus instalaciones y fue secretario en la época de Óscar Bergasa. El abogado vuelve ahora a la primera línea social como candidato para presidirlo, más maduro que entonces, dispuesto a convertir el Náutico en la "primera parada de los jóvenes" mediante la recuperación del carné de novia, cuya eliminación por la directiva anterior ha perjudicado el acceso de las familias, asegura.
Armario muestra su preocupación por la división de esa directiva y porque esas candidaturas se "apropien de obras que no les corresponden". El Club, avisa, no necesita proyectos estrella, sino actuaciones sencillas, como poner en marcha un restaurante con servicio de piscina que mejore la atención de los socios, obligados los fines de semana a pedir comida por teléfono para dar de comer a sus hijos.
El letrado alerta de que es necesario mejorar la transparencia para evitar que las directivas futuras se beneficien de los recursos del Club a través de 'proveedores amigos' o de contrataciones externas.
Tampoco ve necesario ampliar el vestuario o montar una terraza chill out, sino abrir el gimnasio al exterior, como ha hecho el Club La Cornisa, así como ampliar el solárium y potenciar el acceso al mar por la escalera situada en la marina, que apuesta por integrarla también al patrimonio de la institución.
[Pregunta] ¿En qué momento decide un abogado con su trayectoria liderar esta institución?
[Repuesta] Soy socio del club desde niño y usuario habitual. Vengo a diario al gimnasio y mis hijos disfrutan aquí. Cuando terminó el mandato de Maica López, que creo que hizo una buena gestión, parte de su directiva se dividió en dos para presentarse a la presidencia. Al ver esa ruptura sin liderazgo, decidí presentarme con una nueva plancha que surgió de esa situación. Me chirría que parte de esa directiva, a la que ella cohesionaba, se divida y se presenten por separado.
¿Considera que esa división, con denuncia incluida a la Junta Electoral, pone en riesgo la gestión del club?
La denuncia de una plancha hacia otra por atribuirse obras aprobadas por Maica no me pareció correcta. Solo pedí en la junta que se respetase la gestión de Maica y que se reconociera su autoría en esas obras. Si son continuistas, que lo digan, pero no deben apropiarse de lo que fue aprobado por la anterior directiva.
¿Empaña esto la imagen del club?
No creo que la empañe, pero no es la imagen que quiero para los socios. Quiero un club que represente unión y respeto institucional.
En su momento fue secretario del club, ¿cómo recuerda esa etapa?
Fue con Óscar Bergasa, en un momento difícil y tortuoso, con la transición de Marrero Portugués. Creo que pequé de juventud, pero ahora tengo la madurez necesaria para gestionar este club.
¿Cómo recuerda el club de antes y qué propone ahora?
Quiero que el club vuelva a ser de los socios. Siempre lo he considerado mi casa, pero ahora no es de los socios. No necesitamos vestuarios más grandes ni una zona chill out, no necesitamos proyectos estrella, sino que se priorice al socio y se le trate como antes. Por ejemplo, el restaurante de la piscina está cerrado, y eso afecta al disfrute de las familias. Los fines de semana tienen que entrar los repartidos en moto con comida para los niños y es algo que no entiendo. No necesitamos inversiones chill out, sino poner en marcha nuestras propias instalaciones, necesitamos un restaurante en la piscina que funcione.
¿Qué otras actuaciones inmediatas tiene en mente?
También quiero ampliar el solárium, que se queda pequeño en verano, y aprovechar espacios como la marina para beneficio de los socios. Tenemos una escalera con salida al mar que es única.
¿Eso forma parte del suelo que se va a comprar?
Una parte sí. Será patrimonio del club. Las entidades financieras están dispuestas a colaborar porque el club tiene recursos y atractivo suficiente para adquirir ese suelo. La marina acabará siendo patrimonio del Náutico, igual que ahora su suelo y el edificio. En la época de Bergasa hubo que legalizarlo para inscribirlo en el Registro de la Propiedad, y eso es lo que ahora nos permite hipotecarnos o tener una posición fuerte para negociar con los bancos. Que no inventen. Tenemos recursos para adquirir la marina también.
¿Cree que ha habido fallos en la gestión actual?
Sí, especialmente en transparencia. Maica ha gestionado bien, pero hay promesas que no se cumplieron en seis años, como arreglos sencillos en la sala de bridge. También falta atención en la restauración en la zona alta del club. Si quieres un gintónic, un café o un bocadillo hay que bajar y eso es inaceptable. Tiene que haber alguien fijo arriba para atender a los socios.
¿Alguna propuesta concreta para las instalaciones?
Queremos hacer un gimnasio exterior en la marina usando el césped artificial sobrante. Algo sencillo pero útil, como lo tiene el club La Cornisa. Vamos a copiar lo que funciona para darle al socio la oportunidad de hacer ejercicio al aire libre en vez de tenerlo siempre encerrado. También reestructurar el varadero, fomentar la cantera náutica y apoyar todas las disciplinas deportivas con financiación para campeonatos y desplazamientos.
¿Cómo compaginará sus responsabilidades profesionales con la presidencia?
Gracias a la tecnología y la organización. Soy abogado, dirijo mi despacho y soy director jurídico de varias empresas, pero también entreno al equipo de baloncesto de mi hijo. Hay que rodearse de un buen equipo y saber delegar. Estoy todos los días en el club, vengo a hacer deporte y con la familia los fines de semana, puedo dedicarle el tiempo que necesita. Para mí, esta es mi segunda casa… según mi mujer, la primera.
¿Qué opina sobre abrir el club a la sociedad y atraer juventud?
Hay que recuperar a los socios jóvenes. Ahora se restringe la entrada de parejas o amigos con medidas como el cobro por el carné de novia. Antes esto era gratis y el club era el punto de encuentro juvenil. Queremos que vuelva a ser esa primera parada para los jóvenes. Tenemos suficiente entidad y recursos para gestionar nuestras propias fiestas y atraer a la gente joven. Las últimas se gestionaron mediante terceras empresas, como el año pasado el carnaval. En algunos casos hubo lleno y no se dejó pasar al socio. Eso no puede ser porque el club es de los socios y tienen sus privilegios. Hay que hacerlo como siempre, repartiendo cuatro o cinco invitaciones por socio. Las familias están siendo condicionadas con el carné de novia y eso no puede ser. El socio es lo primero. Por eso vamos a apoyar también el ocio de los mayores, con actividades como el bridge, el dominó o el aquagym, gestionando incluso sus campeonatos.
¿Hay posibilidad de alianzas entre candidaturas?
No lo creo, pero valoro que haya 4 candidaturas y 60 personas queriendo mejorar el club. La mía está cohesionada y tiene experiencia. Queremos transparencia real: ningún familiar de directivos debe tener relación profesional con el club para contratar sus recursos o participar en ellos. Habrá informes económicos semanales y accesibles para los socios. Y queremos obras sencillas, rápidas y de bajo coste.