Adiós de los históricos del PSOE al hombre que luchó por una Canarias regional y política

Jerónimo Saavedra no fue solo el primer presidente de Canarias, fue el hombre que puso las bases de la comunidad tal y como son hoy en día

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Jerónimo Saavedra, en 2015 cuando recibió la Medalla de Oro de la comunidad autónoma. / EFE
Jerónimo Saavedra, en 2015 cuando recibió la Medalla de Oro de la comunidad autónoma. / EFE

La capa de cielo gris blanquecino que este martes sobrevolaba el Archipiélago era premonitoria de la tristeza que iba a acompañar a los políticos de las Islas por la muerte de Jerónimo Saavedra. Impulsor de una política canaria puramente regionalista, defensor de un régimen económico y fiscal diferenciado para el Archipiélago y figura fundamental en el desarrollo del Estatuto de los Trabajadores, Saavedra 

Primer presidente de Canarias e ilustre socialista, Saavedra ocupó cargos en prácticamente todos los ámbitos políticos. Fue profesor y un fiel sindicalista, promotor de políticas culturales y defensor de la identidad canaria. El gran legado que deja para las Islas es la construcción de una Canarias política, más allá de los insularismo y localismo y el impulso de un régimen fiscal diferenciado en el archipiélago. Dos características cruciales para entender a la comunidad tal y como es hoy en día. 

El primer presidente

El día después a su elección como presidente, el 29 de diciembre de 1982, el diario El País recogió los compromisos de Saavedra: “a poner en marcha un plan económico regional, a conseguir un tratamiento específico para la adhesión de Canarias a la Comunidad Económica Europea (hoy Unión Europea), así como a potenciar el valor estratégico de las islas, a reconducir el régimen económico fiscal específico de las mismas y a profundizar en el estudio de la identidad cultural canaria”. 

La senda para crear una comunidad política en plena Transición Española se afianzó en 1983, una vez constituída la autonomía de Canarias. El político tuvo que confrontar con los partidarios del insularismo y el localismo ante la visión regional que defendía Saavedra. Elías Castro fue jefe de su gabinete a principios de la década de los noventa; del trabajo del socialista marca dos sucesos cruciales en su labor como presidente del gobierno. 

Jerónimo Saavedra recibiendo el título de Hijo Adoptivo en La Palma. / CABILDO DE LA PALMA
Jerónimo Saavedra recibiendo el título de Hijo Adoptivo en La Palma. / CABILDO DE LA PALMA

Hacia lo regional 

Primero, la adhesión de España a la Unión Europea. En 1985 se firmó el Tratado de Adhesión a la Unión Europea, pero antes de su ratificación hubo un “debate político de mucha altura que tuvo que lidiar Saavedra”: que Canarias estuviera dentro de la unión aduanera o fuera, manteniendo las excepciones fiscales que requiere un territorio fragmentado y alejado como las Islas. 

Segundo, la llegada del Régimen Económico y Fiscal de Canarias, con un fuero diferenciado. Este fue el germen para que posteriormente su socio de coalición, Manuel Hermoso, que tenía reticencias al respecto de algunas políticas que planteaba Saavedra promoviera una moción de censura en 1993, en la que Hermoso fue investido presidente. El partido socialista no volvería a tener un presidente de Canarias hasta 2019 con Ángel Víctor Torres

Un cambio político

La valoración que hace Castro al respecto de este momento es que “Madrid no fue lo suficientemente receptivo con su compañero y Jerónimo mantuvo a trancas y barrancas la necesidad de que Canarias tuviera un REF acorde a las circunstancias excepcionales de la sociedad Canarias y de la integración de Canarias en la UE”. 

La moción de censura fue, según Castro, el punto de inflexión que provocó un aumento del sentimiento insularista y localista frente al regionalismo promovido por el socialdemócrata. Esta posición también alcanzó a la composición orgánica de los partidos, y según la valoración del socialista, todavía perdura en los partidos de Canarias, cuestión contra la que luchaba Saavedra.

Jerónimo Saavedra / EFE
Jerónimo Saavedra / EFE

En la política nacional

Antes de ser siquiera presidente de Canarias fue parte de las Cortes constituyentes. Saavedra, quien ya jugaba un papel fundamental en el partido socialista, era profesor de derecho y un miembro fundamental en la lucha sindical. Su altura intelectual y su capacidad de negociación y conocimiento del derecho del trabajo le llevó a ser uno de los coautores y de los impulsores básicos del Estatuto de los Trabajadores. 

Tras la moción de censura ocupó dos ministerios durante el último mandato de Felipe González, de Administraciones Públicas (1993-1995) y de Educación y Ciencia (1995-1996). Tuvo polémicas por la ley de Gobierno y por la supresión de los gobernadores, cuestiones por la que fue desautorizado por miembros de su partido. Fue senador en 1996 y de 1999 a 2003 y diputado del común desde 2011 a 2018. 

El apoyo de los socialistas

Fue un hombre moderado y respetado, valora el socialista Antonio Márquez, un adjetivo que le sirvió para el diálogo y el acuerdo con diferentes interlocutores. Pero también fue “una persona cercana y humilde, pero muy riguroso en la gestión política”, comenta el también socialista Juan Salvador León. De hecho lo califica como una figura “a la que los socialistas recurríamos cada vez que venía un problema”. 

Durante la década de los 80 y los 90, Saavedra fue la gran figura del socialismo en Canarias y así fue refrendado por los miembros de su partido entonces. Fue secretario general del Partido Socialista de Canarias (PSC-PSOE) desde 1977 a 1985 y 1988 a 1997 y presidente desde 1985 a 1988 y 1997 a 2008. Su proyecto era puramente regional, de un partido sin diferencias entre islas, alejado del insularismo. 

Dentro y fuera de la política, la cultura fue su gran pasión. Apoyó la creación de la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria o la Asociación Amigos de la Ópera de Canarias, creó el Festival Internacional de Música de Canarias e impulsó los Premios Canarias de Arte, Patrimonio Histórico y Ciencias.