El alcalde de Telde, Juan Antonio Peña, ha cargado este martes contra el Gobierno de Canarias y el Ejecutivo central por cómo se está gestionando el vertido de materia orgánica en la costa del municipio detectado el pasado 6 de noviembre y que mantiene a cinco playas cerradas. Peña ha asegurado que “ningún cargo público, consejero o responsable haya visitado la costa teldense desde que estalló la crisis”.
La crítica, trasladada a través de un comunicado, se hace el día en que se ha pasado la situación del vertido de alerta a prealerta ante una disminución de los olores y residuos. Más allá de esto, el alcalde ha reprochado que la "ciudad se siente abandonada” y asegura que ha tenido que afrontar la emergencia con los servicios municipales de Playas y Limpieza Viaria, mientras miles de familias han visto su litoral cerrado sin respuestas claras.
Falta de comunicación
Desde el punto de vista del alcalde con esta crisis por contaminación ha habido falta de comunicación periódica y pública por parte del Gobierno canario, a diferencia de otros episodios de emergencia como incendios forestales, que suelen contar con ruedas de prensa o comparecencias informativas. “Los vecinos merecen información directa, rigurosa y constante”, afirmó Peña, subrayando que la presencia de las autoridades competentes permitiría comprender la situación y recuperar la confianza de la población.
Cierre de playas
De momento las playas de Salinetas, Melenara, Aguadulce, Tufia y Ojos de Garza continúan cerradas al público y con prohibición de baño como medida preventiva ante los episodios de contaminación derivados de las jaulas marinas ubicadas frente al litoral.
La decisión se basa en los informes técnicos de la Inspección de Salud Pública del Gobierno de Canarias, que este martes recogió muestras de agua en las zonas afectadas, según ha informado el consistorio en un comunicado. Los resultados de los análisis, previstos para este jueves, determinarán si las playas pueden reabrirse o deben permanecer cerradas.
Mientras tanto, el Ayuntamiento mantiene señalización y control del litoral, sin contemplar la reapertura hasta recibir informes favorables, para evitar riesgos a la salud de la ciudadanía.