El viceconsejero de Bienestar Social del Gobierno de Canarias, Francis Candil (CC), ha considerado "ridícula" la cifra de 350 menores migrantes llegados a las islas que están dispuestos acoger las demás Comunidades Autónomas, cuando el Gobierno regional tiene ya a su cargo a 4.300.
"Canarias se está viendo sola ante el resto del Estado, con una solidaridad que parece que, para algunas comunidades autónomas, depende del color de la piel", ha denunciado el viceconsejero después de asistir a un encuentro entre el presidente de Canarias, Fernando Clavijo, y la presidenta de la Cruz Roja en el Archipiélago, Maite Pociello.
Poca ayuda
El viceconsejero ha lamentado la poca ayuda que brindan las comunidades autónomas, que contrasta con "la mejor cara que nos dan el tercer sector, las entidades sociales y las ONG" como la Cruz Roja.
La cifra de 350 menores que las demás comunidades están dispuestas a acoger es "ridícula" porque "eso es lo que llega a las islas en un fin de semana: ayer llegaron 160 menores" y en Canarias hay ya 4.300, explicó. "Se habla de los miles y miles de personas que se acogieron" por la guerra en Ucrania, "pero parece que dependiendo del color de la piel, en España se es más o menos solidario", ha denunciado.
Buscar integración
El viceconsejero ha señalado que el Gobierno de Canarias trata de que los menores migrantes estén donde más puedan integrarse y de que no surja rechazo hacia ellos, porque "al final a lo único que vienen en muchos casos es a mejorar sus propias condiciones de vida y las de su familia en origen".
También se intenta contar con "un mapa de recursos equilibrado para que los menores estén distribuidos por todas Canarias", pero a la vez el Gobierno autonómico exige la colaboración del Estado.
Totalmente tensionados
Candil ha admitido que a veces surgen problemas con la atención a los menores porque los centros "están totalmente tensionados, al límite", hasta el punto de que "hay muchas entidades sociales que no pueden más y no dan abasto".
"A veces hemos tenido que abrir grandes recursos que no son lo mejor, pero no nos quedaba más remedio para acoger a estos menores en primera instancia y luego poder derivarlos a recursos más pequeños", en colaboración con cabildos y ayuntamientos.
Otro problema grave, ha continuado Candil, es el de la documentación e identificación de los menores tutelados, necesaria para que cuando cumplan la mayoría de edad puedan estar regularizados e incorporarse con normalidad a un puesto de trabajo.